jueves, 30 de septiembre de 2010

Nuevo despertar

Me gustaría despertar sin memoria y sin alma
Cuando los ángeles toquen las trompetas
y se abra el Cielo y se descubra el horizonte
habré perdido mi vida
Por buscar a Dios la habré perdido
Despertaré sin memoria y sin alma
Venados correrán por el valle de mi cuerpo
Unos tigres se abrevarán en mi cuello
Los ángeles me sajarán con flamígeras espadas
Y ya no tendré nombre, ni camino, ni Destino
Me gustaría despertar y ser otro
Otro muy distinto a mí
Otro que se salve
Otro que no pierda su vida
Me perderé por los cerros,
olvidado de mi corazón
Me detendré en cada arroyo,
y miraré el agua con Sol,
largamente,
como si fuera una teofanía
Contemplaré el Mar
Y tarde o temprano me embarcaré
Y me alejaré para siempre de la ribera
En un hoyo, mi alma asustada
vela, agonizante
Quiero dormir y no despertar
Quiero dormir y soñar con una visión beatífica
Quiero sobrevivir al peligro de esta vida
Pero nadie, ni siquiera yo, sospecha
la tragedia que vivo cuando camino
por la calle buscando la dicha en mis bolsillos
llenos de papeles arrugados
y de yerbas olorosas

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Haikus

Del corazón puro
Brotan pájaros negros
Que se convierten en un pañuelo

Meditaba por el campo
Haciéndome miríadas de preguntas
Que sólo podré contestar antes de morir

Otoño se rasca la frente arrugada
En el otro hemisferio, Primavera
Danza en la floresta

Primavera de allá

Primavera danza mientras los vientos le silban una harmonía bajo los árboles. En Lima los parques ya estarán refloreciendo. En mi jardín seguramente reirán las flores y zumbarán las abejas. Hará un poco de Sol. El Cielo estará celeste, gris y muy alto. Las gaviotas pasarán volando, chillando, y dejándome un picotazo en la cabeza. Delicada y violenta Primavera. Flores, flores y más flores. Flores asesinas de la voluntad. Flores escupiendo en la yerba. Flores que se clavan en las muñecas y en los pies. La gente melancólica de Lima empezará a alegrarse. El Invierno ha sido fuerte, húmedo, duro. Y ahora viene Primavera, la redentora del frío y de la Melancolía. Más adelante desfilarán las reinas de la Primavera, niñas muy bonitas que mostrarán su prematura belleza bajo el Sol. Aquí en España es Otoño. Lo verde comienza a morir… Adviene la Melancolía. Añoro la Primavera limeña, tan pronta y pura y justa. Orgías báquicas se realizarán en intrincados jardines. Primavera danzará y danzará, una Primavera idéntica a la que pintó Botticcelli. Se podrá admirar el Crepúsculo y la luz del Sol reverberará en el Mar. Aquí, el viejo Otoño romperá costillas y atristará el alma…

Sobreviviendo en la trampa

Desalado en la celada de la vida
veo cómo tu alma escapa de cetrerías
y desciende a mi lado
Tu existencia es un alivio para mi existencia
Nos perderemos por las espesuras
y me mostrarás tu desnudez
Sí, vestida con tu desnudez
te tenderás entre las flores
Y yo recibiré tu don
Te sacrificarás por mí,
para verme beato
Y seguro me amarás, aunque sea un poco
Bajo los eucaliptos nos emborracharemos
de perfumes
Y me enseñarás el amor
Serás mi fuente
En ti me abrevaré
Nunca más tendré sed
Y me enseñarás el amor
Me sentiré a gusto en esta celada,
Estaré contigo
Te darás cuenta de hasta dónde he caído
Y mientras vienen los cazadores a llevarme
tú harás que mi vida sea grata
Y me enseñarás el amor

Cansancio

Esta cabeza está cansada de ser cabeza
Este corazón está cansado de ser corazón
Estos pies están cansados de ser pies
Este hombre está cansado de no saber quién es
Un ciervo pace en mi frente
Estas manos están cansadas de ser manos
Estos ojos están cansados de ser ojos
Este cuerpo está cansado de ser cuerpo
Y esta alma está cansada de ser alma
L a Muerte, como un búfalo, me embiste
El céfiro se pasea por la floresta
Los búhos me atacan con toda la magnitud de sus miradas
Dentro de mi cabeza caen cascadas furiosas, blancas, ruidosas
¿Cómo me podré librar de mi cabeza?
¿Cómo me podré librar de mi corazón?
¿Cómo me podré librar de mí?
Tendido a la vera del arroyo acaricio las margaritas mojadas
Estoy cansado de ser
Estoy cansado del Sol, de la Luna, del Cielo
Estoy cansado de las estrellas parpadeantes, silentes, harmoniosas
Estoy cansado de los caminos
Los árboles y los prados me tienen cansado
No sé qué hacer, el Tedio me ha poseído
Estoy cansado de las Horas, de los días
Estoy cansado del Tiempo y de la Eternidad
Estoy cansado
Estoy cansado
Tan cansado como si fuera a alcanzar la iluminación

martes, 28 de septiembre de 2010

Verdadera causa

La causa de mi Angustia no son los pájaros nocturnos
que cantan dentro de mi pecho,
ni los lobos que rascan mi puerta desesperadamente,
ni mi asfixia de pez fuera del agua,
ni los demonios que quieren poseerme,
ni la larga cabellera del viento que da vueltas,
ni el pisotón del Tiempo,
ni los días que se enredan como rosas
en mi alma,
ni la muerte de Dios,
ni las olas que embisten a los espigones,
ni este ser, ni este estar,
ni el Sol que ríe como un Heliogábalo,
ni la Luna que llora calladamente,
ni las estrellas que tiemblan en el espacio infinito,
ni mi Soledad que alguna vez será eterna
La causa de mi Angustia es la Nada
La Nada que me oprime el ser,
que lo estruja mientras guirnaldas
de serpientes se enroscan en mis tobillos

lunes, 27 de septiembre de 2010

Haikus

Los sauces cabizbajos
Han pasado toda la Noche
Deshojándose

El viento se acerca a hurtadillas
Y juega con las primeras
Hojas secas

Me asfixio bajo el Sol
Bajo los árboles, sin causa alguna
Angustia

Onanismo

Me masturbaba desnudo bajo el claro de Luna. La masturbación era un lobo aullando y buscando su éxtasis. Mi semen salía como magma blanco, como agua de géiser, como silencioso grito de arrobo. Cuando todo terminaba me invadía una indecible Tristeza. Mi carne se entristecía. Mi carne se quedaba lasa después del instante beato. Y recordaba a mis tías católicas que me habían dicho que la masturbación era un pecado, y me mordisqueaba el Remordimiento. Mi alma se condenaría por culpa de mi cuerpo. Sin embargo, yo siempre reincidía. Era contumaz, pecador, relapso. No me importaba perder mi alma si la perdía al eyacular. Morir eyaculando debía ser una Muerte exquisita. Yo quería liberarme de mi Remordimiento y de mis prejuicios. Mujeres desnudas holgaban en mi frente. Sirenas me cantaban con las piernas abiertas. Una muchacha con la cara llena de semen me hacía muecas. Caballos de esperma corrían como locos. Yo no quería masturbarme tanto como lo hacía. Pero el placer y el Olvido que me procuraba la masturbación eran terribles. Perdí el miedo. Dejé de temer. Conocí mujeres. Yo hacía que me masturbaran. Un cura se corre la paja. Y después se pone el cilicio. A mí no me parece mal que un sacerdote se la corra. La masturbación es una necesidad. Y una garantía de pureza.

Faviola

Faviola, eras la niña flaca enamorada de mí
Yo era un adolescente y no andaba muy bien de la cabeza
No quería unirme a ti
Pero el tiempo pasó y te volviste tan hermosa
Ya era tarde para mí
¿Te acuerdas cuando paseábamos por el campo?
¿Te acuerdas cuando nos bañábamos en el río?
¿Te acuerdas, de vez en cuando, de mí?
Estoy soñando todos los días contigo
Sueño que estás conmigo un momento
y que luego te vas
Yo me he quedado solo
Tú te has casado y creo que eres feliz
Mi corazón se calla
Estoy cansado de mí, Faviola
Sólo trato de olvidarme
Me olvidaría en tus ojos castaños,
me olvidaría en tus senos,
me olvidaría oyéndote
¿Por qué mi camino está tan solo?
Sólo se oye el sonido de mis pasos
y el cántico de las estrellas
Faviola, niña flaca, cuánto te extraño
Niña dolor de mis costillas
Niña cuya alma no supe mirar
No me quejo de mi Soledad
Yo mismo la busqué
Pero Faviola, a veces siento que me vuelvo loco
y doy topetazos en las paredes
Tu Destino es propicio,
el mío es tortuoso, vertiginoso, oscuro
Pídeme lo que quieras
Pídeme que lo deje todo y que te siga
Y así lo haré, Faviola amada,
niña flaca del colegio

Individuo asesinado

Soy un criminal
Me mato a mí mismo
poco a poco junto a la hoguera oscura
en torno a la cual revuelan los murciélagos
Pájaros de fuego
se posan en árboles añosos
y cantan un cántico que huele a tragedia
Uno mismo no es de uno mismo
Nadie se pertenece
Yo no soy de mí mismo
Soy quizá de la Nada
Soy quizá del Infinito
Soy un criminal
Me he matado a mí mismo
Mis ojos se han quedado mirando la Luna
Y mi corazón está cubierto de sereno
El río arrastra mi alma mortal
Las garzas lamentan mi Muerte
Mi vida es mi Muerte
Cada día vivo muerto,
atrapado por la enredadera del Tiempo
Brotarán mirlos de mi frente
De mi pecho crecerán acacias
El viento desatará mis venas
Estoy recién muerto y no veo
que existan el Paraíso y el Infierno
Todo es un río infinito
Deja de matarte, me decía un ángel
Pero para mí inmolarme era algo inevitable,
fatal, incontrolable
Vago por el pinar azul,
yo, el hombre muerto,
el que oye el caramillo de los pastores
y se aduerme,
el que sueña, entre las esquilas del rebaño,
que se duerme
Soy un criminal
No he tenido piedad de mí
Me he asesinado entre las flores

viernes, 24 de septiembre de 2010

Haikus

Lleno de pena
Despierto a un sueño
De hojas secas

Dios es mi infierno
Y las hojas secas
Me hacen una máscara de réprobo

Otoño, te vas instalando
Y para alegrarte arrancas
Hojas que tú mismo has secado

Viajero

Un viaje siempre resulta ser algo redentor. Uno puede estar pasándola realmente mal, puede estar triste y solo, atormentado y medio loco; uno puede estar encerrado entre las cuatro paredes de sí mismo. Es entonces cuando un viaje resulta de lo más propicio. Irse, respirar un aire nuevo, ver un lugar hasta entonces inconocido, rescatarse del estado en el que uno se encontraba, son cosas realmente redentoras. Ir hacia lo desconocido, pensar en la vida como en un viaje, contemplar el eterno retorno de las estaciones, viajar, viajar… Qué bien me caería un viaje ahora… De verdad lo necesito. ¿Y por qué debo viajar? Sencillamente porque el corazón me lo pide. Mi corazón inquieto y vagaroso. Y el corazón tiene razones que la razón no conoce. Viajo para calmar mi Inquietud, para olvidar mi vida, y para ver qué me depara mi Hado viejo y calvo. Viajo para salvarme. Viajo. Simplemente viajo. Es cuestión de vida o Muerte. Y aún quiero vivir.

A Sandra

Sandra fue mi diosa
Yo la amaba
Ella me decía que soñaba conmigo
y con grandes peces
Ella me amaba platónicamente
Pero mi carne buscaba su carne
y algo más que su carne
Sandra era bella, delicada, donosa
Yo le regalaba rosas
que hallaba en los yermos de mis sueños
Ella no quería ser mi novia
Y Venus nacía en la orilla a cada instante
La espuma de mi dicha la paría
Y Sandra estaba hecha para el amor
Y para el goce
Era una mujer buena
Creía mucho en Dios
Yo la deseaba desnuda,
tendida en un lecho que fuera de los dos
Era una buena mujer
Cuando la frecuentaba yo fumaba marihuana
e inhalaba cocaína
Ella nunca lo supo
Yo también bebía mucho
Bebía solo o con ella
Y sólo ella podía salvarme
Pero seguía soñando conmigo
y con grandes peces que me devoraban
Oh Sandra
¿Por qué no fuimos valientes y nos fuimos los dos
por los extraños caminos del Mundo?
Sandra, tus senos y tus piernas me dejaban alelado
Eras mi Amada
Ahora sólo me quedan de ti el Olvido y el vano recuerdo

Cordura de la vida

La vida es loca y peligrosa
Vivo como una bestia entre los hombres
Alejándome por los senderos de los chopos
Buscando cazar algún ángel para preguntarle
cómo puedo encontrar a Dios
Cómo puedo encontrarlo y preguntarle
por qué me dio esta vida fea y vesánica
Las hienas se ríen de mí
y los lirios lamen las úlceras de mi alma
Me tiendo en la rosaleda
y espero que termine mi agonía
entre los cuervos que esperan
Miro al Cielo y presiento el Infinito
La Eternidad es una puerta cerrada
Algún día, sin razón alguna,
los hombres se cogerán a garrotazos
Y saltará la sangre, y no habrá perdón
Y el hombre no habrá aprendido a ser hombre
Será un consuelo mirar la mariposa y la flor
mientras la vida nos destruye
Y se querrá ya no ser, ya no estar
Las hojas secas explicarán el Mundo
Las hojas secas que yerran por una calle desierta
Soy una bestia entre los hombres,
y grito calladamente, repleto de desesperación
Alguna vez la vida se volverá cuerda

jueves, 23 de septiembre de 2010

Vida, amor, Muerte

El baile del follaje en el Otoño recién venido
El viento como espadas de aire
La vida inerme, pequeña, desalada
Mi cabeza a la espera de ser cortada
con todos sus pensamientos
Los pájaros dispersos como pensamientos
que vuelan como salidos de una cabeza recién cortada
El amor con toda su falsía
que entra por las venas del alma
y sale tan inane como un pedo
La Muerte pisándome los talones
Bella como el Crepúsculo
De los álamos se desprenden las hojas
y caen en el río, que, oscuro y callado,
se las lleva
Así es la vida
Así es el amor
Así es la Muerte
Oh vida ¿por qué no estamos en paz?
Oh amor ¿por qué no me engañas tan dulcemente
como a los demás?
Oh Muerte ¿por qué vagas sola por la tarde?
¿Acaso buscas almas desesperanzadas?
Puedes venir por la mía
Aunque aún me guste el peligro de vivir
y camine al borde del abismo
cegado por águilas que vuelan
frente a mí
Sólo tengo augurios, vagos
como el gemir de una ardilla
Los dioses dirán lo que ha de ser
En tanto yo sigo andando hacia el no ser

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Haikus

Ya los tilos de la Calle Úrsulas
Rojean
Bienvenido, Otoño

Quiero una teofanía
Quiero enfrentarme al rostro
Espantoso de Dios-Cae una hoja

La tarde sirve para un recuerdo
Aunque no pase nada
Aunque esté pasando todo

Despedida

Me estoy muriendo. Y tú también. Gorriones comen las migajas que alguna anciana arrojó. Pasa un anciano con mujer y con babero. Ese hombre se está muriendo, se está muriendo de cerca, naturalmente. Cada día morimos un poco más. Y ese morir sucesivo acaba en la Muerte. Hay razones para estar enojado. Me estoy muriendo. Y tú también. Yo me rebelo contra ese orden de cosas. Me rebelo inútilmente. Sanguijuelas en mi cabeza. Escorpiones en mi alma. Y una espina en mi espíritu. Todo es un Ocaso. Bello y triste. El Silencio…

Flor de Olvido

Alma de azucena,
me mostrabas tu sexo a hurtadillas
Y yo contemplaba aquello en que todo empezaba
Tu sexo era una rosa
Tu alma era sucia,
ogros que sólo tú veías la ensuciaban
Y yo ya temía a la Nada
Por eso quería abrazarte
y no perderte nunca,
porque algunas tardes de Invierno ya padecía
el presentimiento de la Muerte
Alma de azucena,
de tus manos se levantaban los mirlos
y en tus ojos cantaba un ruiseñor
Eras traviesa
Una vez me viste masturbándome
y te reíste sonoramente
Y ya no paraste de burlarte de mí
Hasta que más adelante lo hicimos los dos
Ahora es como si no te conociera
Como si tú no me conocieras a mí
Alma de azucena,
nos hemos olvidado

Nota necrológica

Le gustaba nadar
Alejarse de esta playa insulsa,
como él decía
Le gustaba alejarse, capeando las olas,
hasta donde el Mar es silencioso
Y un día se lo tragó el Mar
Lo mataron los tritones, decían
en la aldea
Y hubo matanza cruenta de tritones
Por una campana que tañía tristemente
los aldeanos después no pudieron dormir
Al día siguiente de la matanza el chamán de la aldea
dijo que al hombre que le gustaba nadar
se lo había tragado el Mar simplemente
Las sirenas y las nereidas amamantaban delfines
Posidón derramó una maldición sobre la aldea
Y ahora que miro el Mar veo a mi abuelo nadar
Y veo al viejo alejándose por los caminos de luz que hace
el Sol,
hendiendo las aguas espumantes, jaspeadas, rumorosas,
despreciando la playa insulsa,
desconfiando de los hombres
Pero era médico y salvaba vidas a montones
Cazador nato, perseguía la consecución de un ideal
-era comunista, por ahí cuentan que atendió al Che-
Venados corrían por su frente, atormentándolo,
y él se levantaba cuando asomaba la Aurora
de rosáceos dedos,
y cazaba venados
Tenía hijos con varias mujeres, vagaba
de un lugar a otro, llevaba una vida errátil
Iba por la sierra, por esas alturas indómitas,
y también iba por la costa
Y allí nadaba, se alejaba de la playa insulsa,
Cansado de los hombres, y de mí mismo también, decía
Pero un día el Mar se lo tragó
Antes estuvo preso,
con cáncer al pulmón
Y un día el Mar lo salvó

martes, 21 de septiembre de 2010

Salvación

El niño tenía miedo
Le habían dicho que tenía que salvar su alma
Y para eso debía ser una buena persona,
un buen creyente,
un cristiano ejemplar
Pero el niño se preguntaba de qué debía salvarse
Salvarme, ¿pero salvarme de qué?
Tal era su pregunta irresoluble
Si no te portas bien tu alma se perderá, le decían
Y él temía por su alma, temblaba azorado
con el cerebro lleno de hormigas rojas
Como búfalos fuera de sí sus pensamientos
corrían aplastando ángeles
La araña de la duda lamía su cuello
y el plañido de la garza desmembraba su Tristeza
Cuando miraba al Sol desgreñado sentía miedo
Y el Sol despedía amarillas carcajadas
sobre el alma en sombra del niño
¿De qué hay que salvarse?
¿De los perros infernales que codician las almas?
¿De los sacrificios del amor?
¿De los aullidos que despiertan la desesperación?
El alma del niño se volvió nocturna
Oscura, callada, temerosa,
rezaba al Cielo silencioso
Algo le decía que su alma era mortal
Algún día perderé mi alma, se decía
De todas formas, haga lo que haga,
la perderé
Aun así, quería salvarse
¿Pero salvarse de qué? ¿De qué?
El niño creció y ahora es un hombre condenado
que mira al Cielo con el alma agonizante

lunes, 20 de septiembre de 2010

Haikus

Verano, ya te vas
Se quedan mi Nostalgia
Y se van las golondrinas

La Eternidad me da la espalda
Y en mi pesadilla aparece
El rostro de la última mosca que maté

La vida es una loca peligrosa
Aun así, hay cantos
Que la hacen vividera

Muerte divina

El dios que vivía dentro de mí ha muerto. Pero no estoy vacío. Hay demonios que me habitan. Como una espada que me atravesara de parte a parte es la vida. Bajo el Sol, erizo de luz, me trago a mí mismo. Y una música de columnas de agua llega desde el horizonte. Fatigado, tiendo las manos hacia el Árbol de la Vida- que no existe-; no comprendo el misterio del Azur, ni los guiños de las estrellas, que algo dicen a mi alma; no comprendo el desfallecimiento de los perfumes de las flores, ni el de la memoria. Quiero vivir este sueño, bajo el Cielo lleno de sepulcros. Oh Árbol de la Vida- que no existes-, déjame tocarte en sueños, déjame vivir para siempre… Inolvidables son las caídas del espíritu, inolvidables son las pesadillas en las que enanos jorobados descuartizan y comen a un niño iluminado, a un niño que muere mansamente como un cordero. Verdes cánticos caen de los árboles, no toman nada de la ilusión, son reales como la vida, como el mono que se aparea sin preguntarse por la gran mentira que rodea al Universo. Demonios ululantes. Dios muerto. Árbol de la Vida- que no existe-.Una mejilla tersa como el claro de Luna.

La paz perdida

La paz, Amada, la paz
Esa paz que no adviene cuando gimo tendido
en el prado
Y tú con tus caricias
intentas sosegarme
Me pides que te explique qué me pasa
Por qué parece que muero
Y yo no sé qué me pasa
Inquieto, lívido, desasosegado,
me revuelco en la grama
Ante tu asombro,
ante tu perplejidad
La paz, Amada, la paz
Quiero paz
Una paloma volando sobre un Mundo
posdiluviano
Y un arcoiris
en el Cielo de tus ojos
La paz, Amada, la paz
Esa paz que duerme como un ángel
Esa paz que deliciosamente duele
Esa paz que es como el latido de tu corazón
Desalado, vesánico, azorado,
busco tu pecho desesperadamente
para tranquilizarme, para reposar
Sin embargo, para mí no hay tranquilidad ni reposo
Me abrazas fuerte, pero yo me aparto
No puedo estar en paz
La paz, Amada, la paz
Y unas flores engarzadas en torno a mi frente

La caída

Cuando el abismo es lo único verdadero
y el ser se enfrenta a la Nada
un canto trágico camina sobre el Mar
El oído se estremece y padece pesadillas
en las que caballos salvajes corren
por mi espalda resoplando
Vivir es suicidarse
Ser es apetito de ser
Entre las águilas busco la percepción inmediata
de mí mismo
Para creer que soy, para no perderme,
para confirmar mi existencia
Ser hombre es una enfermedad
Un toro con ojos de ángel me mira antes de morir
Mi infierno consiste en buscar a Dios
La vida destruye al hombre
Cuando el abismo es lo único verdadero
sólo queda saltar y confiar en la caída

sábado, 18 de septiembre de 2010

Haikus

Cada día que pasa
El Verano y su cohorte
Se alejan un poco más

Tarde aún estival
El viento entra por la ventana
Y husmea en la casa

Calle nocturna y silenciosa
Ruido del viento que juega
Con los arces

Necesitado y necesario

“En verdad necesito a Dios,
pero Dios me necesita a mí también”
Meister Eckhart

Necesito un Creador. Y si no existe habrá que soñarlo. Un hachazo me parte la frente y de la hendidura sangrienta brotan gusanos negros. Necesito a Dios, no lo niego. Pero él, si existe, me necesita a mí también. Me necesita para existir, para no quedarse solo sumido en su existencia inútil. Me necesita para ser. Dios es Dios porque está en la conciencia de sus criaturas. Sin sus criaturas, Dios no existiría. Miríadas de insectos recorren mi espalda, y yo esgrimo una espada flamígera para matar a Dios. Matar a Dios consistiría en liberarse, en trascender al Padre. El hijo necesita trascenderse. Esa es la causa del deicidio. Dios tiene miedo. Tiene miedo de quedarse solo en la Nada. Por eso crea y crea hombres que justifiquen su proceder. ¿Pero acaso yo quería existir? Te necesito, Dios mío, pero tú también me necesitas. No concibes un Universo poblado sólo por ti, sin conciencias en las que existas. En suma, nos necesitamos. Por qué no te revelas, Dios, y nos salvamos ambos. Porque estás dejando de existir para muchos. Sin tus criaturas tú no serías. Sin ti yo no sería. Te necesito, pero me necesitas tú también.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Fluencia

Tu cuerpo es un arroyo que fluye entre mis manos
Nunca acabo de aprehenderte
Y tú, sabiéndolo, te ríes acompañando
la harmonía de las estrellas
Tu cuerpo es una nube que pasa
y que apenas puedo palpar
Tu corazón es un mirlo que oigo cantar
cada vez que te beso
Y fluyes, Amada mía, fluyes
No eres mía, no eres de nadie
Sólo escapas
Escapas aunque no quieras
Y mis manos se quedan frustradas,
sin poder asirte
Eres el arroyo que pasa,
que viene y se va,
que siempre se está yendo,
aunque ame mucho
Tu piel corre como el agua
Y me dejas sin saber qué hacer,
solo y con las manos huérfanas
Solo y con tu cuerpo fluyendo
entre las azucenas

Vivir/Morir

La vida es un lento suicidio
Una ola despaciosa cuyo destino es romperse en los acantilados
Una flor que un ángel con su soplo marchita
El hombre es un triste animal al que no sirve su Ciencia
Grazna el cuervo entre las rosas
Balbuce el hombre su pobre comprensión
y se aleja por los cerros totalmente enloquecido
Todo el que quiere comprender la vida enloquece
Los dioses lo enloquecen
Mi corazón cae en un nido de gusanos blancos
y mi frente se cubre de excrementos
Tal vez esté a punto de iluminarme
Tal vez mi ser se pierda en la Nada
Una magnolia flota en el río
como un beso perdido
Y yo pienso en arrojarme de cabeza
a las aguas para librarme de mí mismo
Los ciervos pisotean mi pecho
y hacen crecer cardos y ortigas
En el Cielo, al anochecer, hay trágicas cabelleras violeta
Mis pies descalzos pisan los guijarros del camino
y se rasgan
El Universo me da la espalda, me muestra
el envés de su Silencio
Los árboles y el viento hacen música en la Noche
y yo vomito irremediablemente sobre la existencia,
desesperado, mustio, angustiado
Sentado en un atrio, oigo las campanas
tocando a rebato- el Universo se ha quitado
la máscara y muestra su rostro verdadero-;
cuatro putas se convierten en diosas
y un cisne fecunda a una niña
Y yo sigo viviendo, es decir, muriendo,
ya que la vida es un lento suicidio

jueves, 16 de septiembre de 2010

A un hombre que pasaba por allí

Un hombre pasa devorándose a sí mismo
Ya no oye a los pájaros que cantan,
ni mira los álamos agitados por el viento
Sólo se devora, dolorido, insomne, entero
Sueña con olas que rompen en su frente
y con gaviotas que echan a volar justo cuando
adviene el Alba
No piensa en nada, su cabeza está hecha astillas
No anhela nada, el cóndor del anhelo ya no intenta
sacarle los ojos
Camina sin rumbo, abocado a su quehacer destructivo
Ya sabe a qué sabe su yo
Ya sabe a qué sabe su agonía
Se va comiendo, con real apetito
Se va comiendo mientras eyacula por vez postrera,
mientras orina y defeca y sangra
Pasa por la ciudad, por las viejas calles
y las grandes avenidas, masticando,
tragando, atragantándose
¿Qué quedará de él?
Nada, ni una brizna de su yo
Yo lo veo pasar y comprendo
Comprendo esa forma fatal de deshacerse
Lo veo devorarse
Y comprendo que devorarse es vivir

Haikus

Ser o no ser
Creer o no creer
La llovizna moja el río y los sauces

Hasta que no vea el verdadero rostro
Del Universo, no comprenderé
Y el pájaro trina

Después del Crepúsculo
Quedan los arreboles
Que poco a poco van encaneciendo

Solipsismo

Hay tanta Soledad detrás de mi frente. Es una de las últimas Noches del Verano. Llovizna. Estoy harto de mí. No hace frío. El aire está tibio. Ya no quiero ser yo. “El hombre es el único animal que no quiere ser lo que es”, dijo Camus. Y yo, desesperadamente, quiero no ser yo. A veces me parece que sólo yo existo, y que todos los demás son ilusión. Entonces siento una terrible desolación y una Angustia inaguantable. A lo mejor sólo existo yo. Oigo la risa del Sol. Desde mi ventana veo a algunas personas que pasan por la vereda de enfrente. ¿Existirán de verdad esas personas? El infierno es la ausencia de Dios, dice el Catecismo. Yo agregaría que el infierno es también la ausencia del prójimo. No quiero ser lo que soy. ¿Cómo se remedia eso?¿Aniquilándome acaso? No he de salvarme entonces. Ignoro lo que haré. Mi Hado viejo y calvo igual ha de cumplirse.

Un par de desgraciados que se amaron

Juntos veíamos la Luna nacer
Y nacíamos con ella cada día
Cuando yo te tocaba mis manos se llenaban de amor
Y la Luna cantaba su canción bella y triste
Y la Luna cantaba su canto trágico
mientras nacíamos
Una harmonía de flautas llenaba la Noche
recién nacida
Y nosotros, como posesos, buscábamos
los caminos alejados y los sepulcros
Yo te llevaba
Tú ibas conmigo sin chistar
Tenías miedo, pero no me lo decías
Estabas poseída por un dios
No sabíamos nada, sólo nos amábamos
No sabíamos nada, y así estaba bien
Éramos malos
Nos burlábamos de los desgraciados
Éramos malos
Y tan desgraciados
Desde los sepulcros mirábamos las estrellas
y renegábamos de nuestro estar en el Mundo,
de nuestro ser en el Universo
Y odiábamos al Creador
Tú, mirando al Cielo, le mostrabas tus senos
y tu sexo
Y luego llorabas
Llorabas como nadie ha llorado en el Mundo
Yo te abrazaba
Y nos íbamos a ver el Mar rugiente, caótico, nocturno
Y, bajo la Luna, seguíamos naciendo,
dolorosamente

En las postrimerías del Verano

Cuando yo me muera viviré
Viviré de veras en la Nostalgia suscitada
y en los recuerdos que rompen como las olas
Mi nacimiento virgen
Mi Noche, Rosa negra,
quedará en mi mugriento corazón
Se vive para morir,
y yo vivo con miedo a la Nada,
amando el vacío,
pensando que a lo mejor también vivimos
para otra cosa
Como un leproso balbuciente
voy buscando mi morada,
mi difícil lugar en el Mundo,
mi hueco solitario
Mi pensamiento se desliza hacia el abismo,
hacia la purísima Aurora de la Locura
Los caballos desaforados, rojos, rabiosos,
corren por mi frente,
y yo me pregunto cómo vivir,
y maldigo el morir de cada día,
cada día que pesa como un elefante grisiento
Mi pensamiento discurre entre guijarros
y ortigas
Soy uno de los pocos que renunció a su máscara
Estoy inerme en una esquina del Universo
Y tengo un miedo metafísico que se parece
a un cartujo orando
Cuando muera habré comprendido
Sólo un instante comprenderéY luego padeceré la traición de la Eternidad

martes, 14 de septiembre de 2010

Un cerebro derrotado

Bajo el árbol, mi cerebro cae a mis pies
Mi cerebro llagado, abollado, sangriento
Los perros lo huelen un momento y luego lo mastican
Después de masticarlo, vomitan sus trozos
Bajo el árbol, mi cerebro cae a mis pies
Enanos jorobados lo aporrean
Buitres hambrientos lo picotean
Y yo siento el dolor y la demencia,
los golpes y la perdición
Mi cerebro en las manos de los monos
que saltan y chillan como locos
Mi cerebro tirado en alguna sucia avenida,
hallado por un orate que lo guarda en una bolsa
Mi cerebro mancillado por los psiquiatras
No hay salvación para mi cerebro
Bajo el árbol, mi cerebro cae a mis pies
Un titán lo estruja hasta que se derrama
Una nereida lo pisotea
Proteo se convierte en fuego y lo quema
Mi cerebro está enfermo
Y es imposible curarlo
Aunque los psiquiatras digan que sí
y lo atiborren de pastillas
Las arañas tejen sus telas entre los sesos
y yo, impotente y demente,
me lleno de una furia de hojarasca
He perdido mi cerebro
Un cíclope se sienta sobre él
y lo convierte en una masa repugnante
Los psiquiatras me han atrapado
Experimentan con mi cerebro,
lo echan a las ratas para que lo horaden
y luego lo alivian
Y así pretenden engañarme,
cuando lo que mi cerebro padece es una enfermedad incurable
Mi cerebro golpeado, majado, machacado
Bajo el árbol, mi cerebro cae a mis pies

lunes, 13 de septiembre de 2010

Haikus

Bajo la luz del Sol
Los jóvenes y altos chopos
Se trasparentan

Harto del Insomnio
Pero no del canto incesante
Del ruiseñor

Acostumbrado a la vida,
Oyendo a los perros
Que ladran a lo lejos, al Sol

Resistencia

Que aguante el que pueda. Sí, que el que pueda resista la vida y sus cuitas, la vida y sus dichas, la vida y su horripilante baba espesa, amarillenta. Yo confieso que aguanto a duras penas. ¿Pero cómo vive tanta gente aparentemente tan feliz? No sé de dónde provenga su Beatitud, pero los envidio, claro está. El Sol se desternilla de risa cada vez que me ve instalado en un día nuevo. Porque ya me acostumbré a vivir. Porque ya me acostumbré a la vida. Y no podría existir de otra forma. Pero, de todas formas, vivir me duele. Es un dolor hondo, rojo, sombrío. Es un dolor sin explicaciones, un dolor animal, insoportable, lancinante. El Mundo es una selva oscura por la que andamos perdidos. ¿Cómo podemos vivir siempre en una selva oscura? Que aguante el que pueda, que aguante el que pueda. Es una cuestión de resistencia. Los chopos se trasparentan bajo el Sol. Junto a la fuente suspira el azahar. Las azucenas crecen en el pecho de una mujer. Cada uno está solo con su dolor. Y el dolor es una llama que acosa nuestra frente, que azora nuestras manos, que reprime nuestra boca. Mi alma mortal está herida. Cada una de sus heridas escarlata supura un pus ambarino. Y que aguante el que pueda. Sí, que aguante el que pueda.

Las mujeres son el opio del pueblo

Eres mi opio
Al besarte olvido
Y sueño recuerdos
Y sueño añoranzas
Y vivo adormecido
Ah tu beso de amapola
Nuestro Sosiego bajo el Cielo
amplio, limpio y azul
Nuestros paseos por los viejos jardines,
por donde nos perdemos tan a gusto
No quiero saber nada del Mundo
No quiero saber nada de la vida
Quiero estar ebrio de tu existencia
Eres mi opio
Duermo en tu corazón,
duermo en el seno de tu alma
Lejos de la luz que revela
En el centro de la sombra latente
Huido ya de todo
Amada, Opio mío

Ruinas

No, pájaro de serenidad en la rama estiva
No, gato sosegado, elástico, tendido en el canalón
No, columnas de cristal, capiteles de diamante,
mirlo que cantas el Cielo redentor
No, yo no imaginé que la vida podía convertirse
tan rápido en un montón de ruinas,
ni imaginé tampoco que vivir era tan peligroso
Mas esto que me quema bajo la piel,
este fuego blanco y sutil,
esta corriente de estrellas agónicas,
despiertan mi conciencia adormecida, mi conciencia de pez
dormitando en las profundidades
No, gaviota que vuelas sobre el Mar
alfombrado de luz
No, Sol impasible, burlón, dorado
No imaginé que la vida también podía ser agonía
No imaginé que la vida también podía ser Muerte
No imaginé que me ardería tanto la lengua del lirio
¿Y si sólo viviera? ¿Y si sólo viviera sin pensar,
sin darme cuenta?
Un negro alud me persigue
Nunca creí plenamente en la Creación
Quizá hemos creado al Creador
Quizá hemos creado el Universo
No, alacrán del desván, no
puedo imitar tu muerte tan valiente
No, profetas que aún quedan, aún
no puedo amar el excremento
Debería estar tranquilo, sereno, sosegado,
pero no; no, águilas que caen de lleno
en la calva de mi Hado
Estoy desasosegado, con una rama de ciprés
clavada en el plexo
Un negro alud me persigue
No, cornejas, no me encontrarán en mi casa,
con mi familia, no
Me hallarán sentado al pie de una columna,
cubierto de úlceras, rebuscando entre las ruinas
de mi vida

viernes, 10 de septiembre de 2010

Haikus

La luz se derrama
En la piedra donde
Se baña la Eternidad

El ruiseñor toda la Noche
Ha cantado su canto
De Amor y Tristeza

Mi existencia
Frente a los crisantemos
Se hace Silencio

El hombre y el río

Un río no puede bañar dos veces al mismo hombre. Ningún hombre puede ser el mismo en dos ocasiones. No puede porque está en constante fluencia, en perpetuo movimiento. Si los dioses me miran bien, verán que no soy el que antes les suplicó. No, no soy el de antes, soy otro. Yo soy otro. Los peces me comen los ojos y nadan por mi frente. Un mono come una mano. La sangre del pelícano me cubre la cara. Estoy enfermo de vida. Estoy enfermo de ser. El asombro es un caballo que piafa. Un río no puede bañar dos veces al mismo hombre. Oh aguas corrientes, están bañando a otro, no al de hace un momento. Me baño en diferentes ríos sin cambiar de río.

Morada de tu alma

Tu alma vive en un palacio de mármol
Y yo la voy a visitar en lo más profundo de la Noche
Tú, solitaria, me miras con Beatitud,
y me propones encender unas velas
y olvidarnos de todo
Porque a ti te duele no poder vivir conmigo
Y a mí me duele ser lo que soy
Muchas veces he querido dejar de ir
al palacio de tu alma
Pero me resulta imposible dejar de verte,
dejar de visitarte en las Noches
Tú te trasciendes
Alguna vez derribaremos tu palacio
Y serás libre, y nos iremos por ahí, solos

La condena

Quisiera no estar condenado,
no esperar mi descenso al Hades umbrío,
muriéndome de miedo, sin Esperanza
Quisiera no estar condenado,
no oír los ladridos de los perros del Infierno,
no poder escuchar al ruiseñor del Insomnio
Quisiera no estar condenado,
no pender del capitel del cenit,
no ungir mi cuerpo con perfumes y aceite
La pradera está llena de cabezas de querubes,
y en la vega yacen alas sangrantes
Condenado a muerte desde que nací,
condenado a la sombra postrera,
a la insatisfacción y al fracaso
Quisiera ser otro, para escapar a mi condena,
para que mi alma no sea pasto de los cerdos,
y para que mi cerebro no sea comido por los buitres
El Sol se burla de mi miedo
La vida es una condena sin causa
¿Cómo escapar de ella?
Las águilas caen sobre mi almohada
El ibis momificado del recuerdo canta entre los juncos
Mis ofrendas han sido rechazadas
Igual seré un condenado, hasta cumplir con mi pena
Y, consciente de ello, lucho con el lobo hambriento,
con el lobo que mató al dios
He sido condenado entre los árboles,
y he oído, al lado de la música mía-
Lúgubre, azorada, sombría-,
La música dorada de los pájaros
Un rorro duerme en los trigales, al mediodía
Aún ignora su condena
El Cielo zarco se refleja en sus ojos culpables

jueves, 9 de septiembre de 2010

La comedia más grotesca

De la rosa al lirio hay un trecho de mediodía
Si no quieres verme más mira la Luna
Pero mírala
Para que sientas su mirada clara, serena, punzante
Porque todo Esto es el sueño de un Afiebrado
De la rosa al lirio hay una siesta de pesadilla
Con el perro durmiendo al lado
y el caño abierto, el agua levemente cayendo
El perro sufrió mucho
Ya habrá reencarnado en algo mejor
Caigo de bruces a la Nada
Por dentro, mientras caigo, reconozco mi vacío
Es horrendo
Quizá todos seamos barcos ebrios
Entre los árboles me persigue la Muerte viviente
Crujen, trotan y vuelan las hojas del camino
Y vivo esta muerte en vida, esta
Muerte vital
Los pájaros me despiertan con su canto
Y me siento en paz con los dioses
Aunque mi Angustia se dé de cabezazos
en mi frente y en mi pecho
Aún es Verano, pero hace más frío
Corre el viento, se encapota el Cielo
Yo padezco una Tristeza salvaje
que me hace temblar al contemplar los horizontes
Los dioses me han traicionado
No dejaré de decirlo
Ya no le temo a los dioses
¡Que me castiguen como a los héroes de antaño!
Otro objeto no tiene mi vida que el de cumplir su Destino
Porque mi vida ha sido la comedia más grotesca
Lo absurdo no le es ajeno,
Y no ignora las abejas de las paradojas
De la rosa al lirio hay algo que ignoro,
que tal vez no sea,
y que quizá me vuelva un loco sucio, impiadoso y salvaje

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Haikus

Mis ojos aplastados
Por la visión entre el bambú
Del Para Siempre

El Verano va preparando el equipaje
Otra vez se van los tibios sueños,
La Melancolía, el toque de una guitarrra

Estoy en la árida meseta
Y pienso, evoco el Mar
El Mar lleno de sortijas

Desventaja del semidiós

Aquiles era un semidiós, o sea un semihombre; Héctor era un hombre completo. Lo de su humanidad y lo de su hombría se notan fácilmente en su derrota. Héctor es cada hombre, cada uno de los hombres quiero decir, que se enfrenta diariamente a un semidiós, que se presenta bajo la forma de una depresión, una paranoia, o una neurosis. Héctor es un Prometeo constantemente martirizado. Pero su circunspección es asombrosa. Se cree que en la lucha de Héctor contra Aquiles, era aquél quien estaba en desventaja. No era así. Él tenía la ventaja. Aquiles era un semihombre, y Héctor un hombre completo. Pero los dioses son más poderosos que los hombres, se dirá. Es cierto, pero Aquiles no era un dios completo. Aquiles padecía una dualidad, de la cual Héctor pudo sacar partido, pero no lo hizo. Me refiero a la sensibilidad exquisita de los dioses y a los pestíferos excrementos de Aquiles, bañados por la espuma.

Recuerdo de alguien

Cuando tenía hambre, tú me diste de comer
Oh era pobre, tan pobre
La calle en que vivía era vieja y pringosa
y mi pobreza me quemaba como una herida
hecha en la construcción de una catedral
Yo rezaba, rezaba mucho
Y creía que me escuchaban
¡Qué deliciosa sensación de abandono
en el pecho de la Nada, que es Dios
andrajoso!
Tu cuerpo era un milagro
Pecábamos juntos y felices
Nunca le decíamos la verdad al padre Lucas
Nunca le dijimos que Dios para nosotros era la desolada Nada
del Cielo
Y cuando besaba tu pezón izquierdo creía todo esto
que digo
Porque cuando besaba tu pezón izquierdo se oía
el tierno silbo de la espuma
Tus ojos parecía que se comían el Infinito
Tu boca era un primer principio,
tu sexo era una causa última
que yo exploraba sin cesar
Vivías en un palacio
Y yo vivía en los arrabales,
avergonzado de mi pobreza
No te decía que era pobre
porque conocía el secreto tintineante de mi corazón
porque sabía la áurea riqueza de mi alma
Me decías que yo era un hombre bueno
Cuando se supo quién era yo a ti no te importó
Pero te llevaron lejos, al verte tan enamorada
Oh yo era pobre, tan pobre
Andaba siempre con miedo,
con ese miedo inefable a la vida misma,
a la vida en sí
Intenté colgarme de una viga
Milotus me encontró colgado, y me salvó la mísera vida
Me llevaron a un manicomio
Estuve allí un año
¡¿Adónde se habían ido mi Beatitud y mi Pureza?!
Entré a un convento
Pasó el tiempo
Ahora soy obispo y me masturbo como cuando era un chiquillo
No soy feliz
Tú eres frágil, frágil como un recuerdo

Canción fenomenológica

Que mi conciencia caiga en el césped
de aquel parque del acantilado, sobre el Mar
Que los perros del Orco husmeen en ella
y nada encuentren
o luces y sombras encuentren, que no entiendan,
que luces y sombras encuentren
Todo parte de que no quiero tener conciencia
De que no quiero ser ya
De que no quiero ya ser
En la Noche de los Mares
las olas cantaban Muerte y Redención
La espuma iluminaba
Y hallé de más mi conciencia
Y quiero que se pierda entre el aroma del césped
y de la brisa constante,
quiero no ser
Quizá me cansé de la ciudad
Tal vez me harté de los mismos bares,
de las mismas terrazas donde es inevitable
ponerse a pensar
Mi conciencia es clara, roja, sucia, grande
como un animal grande
En la Noche de los Mares
las olas cantaban Muerte y Redención
Las olas cantaban
Pero yo soy un animal triste aburrido de sí mismo,
oh que mi conciencia caiga al césped del parque aquel,
desde el que se veía y oía el Mar
Los tritones se la llevarán a lo profundo,
y yo me esconderé en el Olvido
En las Noches las estrellas son arañas
de diamante,
ánimas erizadas,
cítaras astrales
Caerá mi conciencia
Caerá
En el césped del parque aquel

martes, 7 de septiembre de 2010

Mi cadáver soñado

Los gusanos devoran mi cadáver soñado
Y no sé qué quiero
Mirar el Mar tan sólo
Vivir la dicha de no pensar
Árboles brotan del pecho de mi cadáver soñado
Y no sé quién soy
¿Soy una criatura y un tullido creador?
¿Soy un hombre entre los ángeles?
Los lobos lamen mis llagas,
un vencejo se lamenta entre mis ojos,
y falta poco para que pierda mi vida
Bebo la sangre de rubí de un ruiseñor,
como los excrementos del profeta,
busco una teofanía en el cenit
Mi cadáver soñado apesta
Y aún no sé qué quiero
Pierdo mi vida, pierdo mi sueño
¿Soy un endemoniado entre los hombres?
¿Soy un fauno que ve bailar a las ninfas?
Hay flores en mis venas y lepra en mi alma
Hay un llanto oscuro, inútil, contenido,
en el poso de mi corazón
Lo verteré en el Silencio de la ribera,
perseguido por los demonios
Que he engendrado a lo largo de mi vida
Una sirena me tendió en su regazo, cantó,
y me dejó absorto y balbuciente
Oigo sus cantos todo el día
He caído en una trampa de harmonía
Mi cadáver soñado resucita
Y aún no sé qué soy ni qué es lo que quiero

lunes, 6 de septiembre de 2010

Haikus

El viento y el álamo
Juegan a solas
Olas de aire

Para no ser
Entregaré mi mente
A los espinos de Mar

Toda la Noche
He caminado alrededor del estanque
Hablándole a la Luna

Sabiduría

He salvado mi vida viviéndola. La luz en el cristal reverbera, las violetas desteñidas se pasman bajo el Sol. Mis rodillas están cansadas de tanto rezar a lo que no existe. ¿Cómo no rezar a lo que no existe si lo he hecho toda la vida? He aquí que no sé quién soy. Cada día me resulto un desconocido. Luz en la luz, sombra en la sombra, hombre en el hombre. Conozco una zarza que nunca se ha encendido. Ante ella paso mis días, en constante espera. Espero que la zarza se encienda. Espero una teofanía para vivir sosegado, para terminar de una vez con tanta Inquietud. Los monos miran a los hombres y enloquecen, y saltan y hacen piruetas de desesperación. Diógenes vivía como un perro, y era un sabio. Tal vez haya que vivir como un perro para alcanzar la Sabiduría. Un cisne siniestro canta y el semen de Diógenes resbala a las losas del ágora.

Mirando las estrellas

Contemplemos las estrellas,
Caigamos un rato hacia arriba
y escuchemos la plenitud astral
Te he esperado tanto tiempo
Un corcel corre como la vida
La rosa perlada de rocío
habla de tu nacimiento
La rosa que te traiciona
Han engañado a tu mortalidad
Soñemos con convertirnos en estrellas
Tú serás una habitante del cenit
Estarás triste porque el Universo es triste
Pero dame un beso
Acabemos con las aves del recuerdo,
con las nubes de la Nostalgia
Mi vida está caída,
mi alma está por los suelos
Y no me reconozco
Las ratas hacen un hueco en mi pecho
y se comen mi corazón
Miremos la espalda del Cielo
Espantémonos de tanto Silencio
Y luego abracémonos
Sí, luego abracémonos
para hacer del miedo
un polvo vano, una máscara vana
Pasemos la Noche en vela
y esperemos al Alba,
al Alba que iluminará cansadamente
los alcores y los prados
Al Alba que se queda colgando de tu boca
y que nos redime de los hipocampos maléficos
que nos siguen

La existencia de Dios

Sin mí no existiría Dios
Sin nosotros los hombres no existiría Dios
Sin los caballos y los hipopótamos no existiría Dios
Sin los peces del delirio que dan vueltas en torno a mi cabeza
no existiría Dios
Sin los cerdos que hozan en mi frente y que se alimentan
en los sepulcros no existiría Dios
Sin el viento que abre huecos metafísicos en el alma
no existiría Dios
Sin mi alma tullida no existiría Dios
Sin los mirlos y su canto que hace sangrar mis tobillos
no existiría Dios
Sin los lobos que le aúllan a mi vida que cae
no existiría Dios
Sin los borrachos que se matan y que buscan perdón
entre las acacias
no existiría Dios
Sin los pájaros que vuelan entre mis venas
y que hacen callar a la Noche
no existiría Dios
Porque Dios es una criatura frágil, quebradiza, delicada
Es la criatura del hombre,
el efecto que se convirtió en causa
Yo te he creado, Dios mío
El Cielo me rodea, el Cielo, tu morada
Me circundas, clavas una astilla en mi pecho,
esa astilla que sólo tú puedes sacar
Sin el vino no existiría Dios
Él necesita estar borracho para no tener pesadillas
Y para ver cómo mueren sus creadores

viernes, 3 de septiembre de 2010

Haikus

Qué pequeño Cielo
El canto del Mirlo
En el Infierno

La luz se mezcla con mi sangre
Y un coro de cigarras canta
En mi pecho

Cuando me besas
Es como si me besara
La Noche entera de Verano

El hombre escondido

Un río parte mi pecho, y mis fragmentos caen sobre mi frente. La sangre que brota de mi esencia es negra, y aunque lavo mi herida en aguas lustrales no se seca, sino que permanece abierta y húmeda, infecta y dolorosa. Mis dedos acarician una piel humana, y suscita susurros, gemidos, jadeos. Cuánto cariño necesita el hombre. Si no lo recibe, se convierte en lobo. Mis piernas se hunden en la Eternidad, mi espalda se mancha con sangre de pelícano; vivir es crucificarse. Dicen que la fe nos salva. Sin embargo, yo sé bien que la fe es pasto que comen las vacas, pienso que roznan los caballos. El aire trasparente es hendido por los chopos, árboles que parecen adolescentes. Caeré, caeré, tarde o temprano caeré con un saco lleno de astillas. Caeré por fin del abismo que es la vida. Y todo no terminará. La vida es infinita. Es un río que pasa y que es y no es el mismo. Me he salvado de mí mismo, y mi vida consiste en andar salvándome de mí mismo. Eso a veces cansa. Sí, a veces cansa. Ya no creo en la sabiduría. La sabiduría es sosegada, pensativa, lenta. Ahora ya no puede ser así. Ahora sólo puede existir un camello que se enhebre por el ojo de una aguja. Fuego violeta, agua blanca, orquídea dorada…Todos moriremos. Yo soy de los que creen que hay que estar preparados. ¿pero acaso prepararse para la Muerte es vivir? Prepararse para la vida es morir. Y para vivir bien hay que vivir escondido.

Nuevo Mundo

Cuando nos quedemos solos en el Mundo,
comeremos desolación y beberemos
néctar que los dioses derramarán por compasión
Sentiremos Nostalgia por aquello que se fue
y que se quedó, atormentándonos
En la orilla de la playa nos acompañarán
las olas y el griterío de las gaviotas
Seremos los padres de una nueva raza
Seremos padres de criaturas que
se embelesarán ante una flor,
que meditarán frente al Crepúsculo
Cuando nos quedemos solos en el Mundo,
veremos cómo la tierra se convertirá
en un Paraíso más bello que aquel que perdimos
Te esperan muchas preñeces
Prepárate, Amada, seremos los responsables
de una nueva Humanidad
Ya no nos haremos daño,
ya no te pediré que vayamos a ver los gorriones
Ya no te pediré que mezclemos nuestra sangre
mientras los alces pasen corriendo por la pradera
De vez en cuando nos pondremos tristes
El Mundo será un remanente de lo que era
Pero poco a poco, sí, poco a poco,
crecerá un Paraíso que con sus yerbas
enjugará nuestras penas
Nos libraremos del Diluvio,
pero no de nuestra maldad,
No de nuestro afán por conocer,
no de nuestra curiosidad
Andaremos entre edificios derruidos,
entre cadáveres que no quisieron seguir siéndolo,
y al mirarnos reconoceremos en nuestros ojos
un deseo vago, firme, lánguido
Estaremos débiles, el Mundo pesará
sobre nosotros
Tú serás mi Soledad,
y te ayudaré a parir
Los vagidos harán estremecerse a las estrellas
Un nuevo Mundo se desprenderá de nuestra saliva

Quién soy yo

Díganme, dioses, quién soy yo
Nunca lo he sabido y mi grito repleto de grillos
es trasunto de otro grito perenne, oscuro, callado
Díganme, Ángeles, quién soy yo
Al son de las arpas, frente a la visión beatífica,
háblenme de mí, de mi carencia de alas,
de mi caída de tanto tiempo atrás,
de mi alma que se muere despaciosamente
Díganme, Musas que no existen, quién soy yo
El que escribe es otro que me posee
Y yo me distiendo bajo pórticos en ruinas,
oyendo campanas cuyos tañidos me erizan la piel
Dime , Sol, quién soy yo
Por mis venas fluye tu fuego de cigarras,
tu risa ardiente, tu burla amarilla
Dime quién soy yo,
bajo tu melena rubia y tus pámpanos encendidos
Dime quién soy yo, Luna
Dime tu claridad y hazme comprender la tristeza,
esa tristeza que derrumba hasta los huesos más firmes
¿Acaso soy un pastor errando por una landa
al atardecer?
¿O es que soy un cadáver vivo, mudo, putrefacto?
Dime, Mar, quién soy yo
Dímelo con tus olas que golpean mis sienes
y con tu espuma que calma mi desasosiego
Dime , Dios, quién soy yo
Y también dime quién eres tú
¿Soy acaso un ermitaño penitente
amigo de los cuervos?
¿O soy un accidente, un ente sin causa,
una criatura sin la harmonía del corazón?
Dime , Satán, quién soy yo
Haz que mis rodillas tiemblen al saber
que soy uno que te vendió el alma
sin saberlo
Díganme, árboles, flores, prados, ríos,
colinas, quién soy yo
Quiero morir sabiéndolo
Díganme, pájaros, quién soy yo
Yo que cada mañana me calzo los zapatos para morir
un poco más

jueves, 2 de septiembre de 2010

Los huesos del espíritu

Desnudo, quemándome con mi propio fuego,
ese fuego que surge de la esencia cuando
el tigre de la furia considera la existencia,
y ruge, ruge agitando las frondas de los árboles
Desnudo, cubierto por la nieve,
con el frío de ser, temblando,
buscando a Dios que se oculta
o que no existe
Buscando a Dios en los contenedores,
muerto de hambre, sediento,
golpeando puertas terriblemente cerradas,
esperando que alguien me abra
para ponerme a llorar y decir Esta Noche
ha sido horrenda
Porque las Noches de la vida son más
que oscuras,
y uno se acostumbra a perderse en ellas
El Sol despliega su cabellera oblicua
Por varias horas prevalecerá la luz
Luego en la Noche, oh luego en la Noche
sólo habrá escasa lumbre en el corazón
Quiero mi vacío
Ese vacío donde no existen el ser ni el no ser
Un poco de vacío para ocultarme
y descansar de las dualidades
Lirios de marfil,
nomeolvides de oro
Los huesos de mi espíritu están rotos
El espíritu, la fuerza que me mueve
Desnudo, me arrastro bajo la tenacidad
del granizo,
entre golondrinas muertas
Lacerando mi alma que se muere

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Haikus

Ovejas desolladas
Como pensamientos
Sin pellejo

Tormenta de Verano
Cielo encapotado
Y día tristón

Vivo para mí
Eso tal vez me torna incapaz
De vivir para los Otros

Acerca del dolor

No puedo comprender mi dolor, sólo lo siento. He caído en zarzas secas, sin teofanías. Al mirar el Sol, sólo siento Remordimiento. Cuál es el origen de mi dolor. En verdad no lo sé. Simplemente siento dolor, y me quedo clavado en él. No creo que comprendiendo mi dolor logre aliviarlo. La comprensión del mismo quizá engendre más dolor. Sin embargo, el hombre tiene el maldito deseo de comprender. Cree que comprendiendo se hará feliz. Cree que comprendiendo le pondrá fin a sus cuitas. El dolor crece mientras más se le comprende. Pero por qué demonios siento dolor, tanto dolor. Me gustaría ponerle fin. Quizá el dolor que siento sea el dolor de ser hombre. O tal vez sea el dolor de haber perdido en algún momento la ilusión. ¿Será quizá el dolor de no saber quién soy? Yo creía que el dolor tenía su nacimiento y su muerte, pero he aquí que me encuentro con un dolor que nació no sé cuándo y que no muere. La vida es dolor. Y el dolor es la dicha de estar vivo. El río desemboca en el Mar, y lo envidio. A mí, río humano, me gustaría desembocar en un Mar último y primero, para olvidarlo todo, para ser una onda errante, una onda con conciencia y sin dolor. No le temo al dolor. Vivo con él desde hace mucho. Vivo con el dolor preguntándome Por qué tanto dolor incomprensible. Por qué. Nadie me preguntó si aceptaba ser hombre. Nadie me preguntó si aceptaba sentir dolor día tras día. No existe la máscara del dolor, sólo su rostro verdadero. Ese rostro que hay que arrancar de forma sangrienta.

Antes de estar solo

Tu piel de trigo,
tu alma de cuerpo,
¿ves cómo no puedo reír
mientras camino por las orillas,
cabe el Mar, sin añorarte?
Crees que no resisto mi Soledad
Crees que me muero de tanto estar solo
En verdad te extraño
Pero mi camino es sólo para uno
Hace tiempo que, entre ladridos de perros
y aullidos de lobos me di cuenta de eso
Hasta cuándo podré aguantar tu compañía
Hasta cuándo
Estar contigo es morir poco a poco
Es dejar de ver el Sol
y celebrar el claro de Luna
Tus senos redentores,
tus piernas de gacela,
tu sexo parecido a un vicio
Me mata tu materia
Y tu espíritu que es tu fuerza de adentro
es como un millón de pájaros de plata
Tus ojos son bellos laberintos
en los cuales me pierdo
Y sólo tú me haces salir de esos dédalos,
con una canción preñada de ternura
Tu alma es tu cuerpo,
tu corazón es una música serena
Bebamos vino y acostémonos
bajo los buenos auspicios de Venus,
antes que yo comience a transitar mi camino
para uno

Fábula del Albo Cordero

Gangrenada Esperanza
Serpiente mortuoria que invita a comer
del Árbol de la Ciencia
El Infinito me corta el cuello
todas las mañanas,
cuando despierto inerme,
sin una noción de la vida
Horror de despertar,
de ser otra vez,
de otra vez soñar un sueño incierto
Albo Cordero,
tu sangre me librará de mi propio sacrificio
Albo Cordero,
vienes coronado de rosas
Albo Cordero,
mi víctima favorita
Todo pasa y nada pasa
Oh Nostalgia, diosa de lo que nunca pasa
El oso de la rabia me abraza y me hace delirar
Siento la rabia de ser yo
Siento la rabia de no ser otro
Siento la rabia de vivir en un Mundo inexplicado
¿Dónde estás, Albo Cordero?
¿Acaso decidiste dejarme solo?
El Albo Cordero ya no existirá
Sólo el negro ruiseñor que me recordará
lo bello y lo triste del amor existirá
Y entre setos florecidos buscaré
la Quimera de la Beatitud
En un Cielo de rosas,
los dioses admiran las heroicas acciones
de los hombres
Como continuar vivo no obstante la desgracia,
por ejemplo
Una mañana, unas pastoras encontraron
muerto al Albo Cordero
Le dieron sepultura
y cantaron su desesperanza