jueves, 8 de abril de 2010

Drama en tres actos

La Melancolía es una flor negra que va matando al alma,
y la vida es un agujero a través del cual pasa una risa siniestra
que hace temblar a las estrellas
El canto de la alondra me sobresalta
y el centelleo del Sol me aterra
El blanco aliento de la Luna me adormece,
pero me despierta, con un respingo,
el funesto canto del ruiseñor
Le temo a la Naturaleza, le tengo un miedo prístino
Ahora que estoy cubierto de heridas como flores negras
huyo de ella
La zarpa de un tigre rasga el instante de Beatitud
Las muchachas se sientan al borde de la Primavera
Las águilas trazan un Destino
Suavemente, un elfo chupa el jugo de un lirio
Me he visto solo en medio de extensos campos desolados
He tenido miedo de ser
Para no estar tan solo, el hombre creó a Dios
Y en mi frente llevo la impronta de Caín
Vengo de una estirpe de asesinos
Anhelo el delicado cuerpo de una mujer que se dedique
a recorrer las orillas del Mar
El niño de rara inteligencia se ocultó en una viña,
y unos lobos cuidaron de él
Dios es la abstracción del amor
De resultas de la depresión estoy cansado y estúpidamente frágil
A veces sospecho que no perdimos ningún Paraíso
y que no nos espera ningún nuevo reino
Si es así, entonces mi Nostalgia está equivocada
y mi Esperanza ha sido engañada
No hay nada que añorar
No hay nada que esperar
En lo profundo de la Noche, un sabio busca la fórmula de la Felicidad
Estamos tan extraviados
Y no somos malos del todo
Suave es el cuerpo del río
Desdichados son los hijos de padres que se odian
Dichosos son los que gustan de contemplar los astros
El amor es una flor blanca que va reanimando al alma
Aunque no exista

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