domingo, 2 de agosto de 2009

Con preguntas/Sin respuestas

No hay asideros para esta Angustia de negros vórtices
Clavos de fuego
Conozco al hombre Conozco al dios que no existe
Humillación del perro luego del azote
He perdido mi eternidad
La conciencia es la culpable Inevitable espejo consciente
Sendero bordeado de ojos insomnes
Tengo la sensación de que alguien me vigila todo el tiempo
Acechando mi íntimo desasosiego
Burlándose de mis genuflexiones
Haciendo de mi desespero una irrisión
Bufón metafísico
Hazmerreír de los dioses
Retumban los panteones Sonoras risas de las que resbala saliva divina
Mira cómo te aflige el día
Aprecia cómo la Noche te entristece
En realidad existes a solas
El ruiseñor enmudece El amante fervoroso va al cagadero y su amada lo espera en el jardín, mirándose en un pequeño espejo que le regaló su madre ya harta de su esposo, ya maldiciendo la vida que le tocó vivir Y tú aún esperas encontrar las huellas de Eros, cuando el pequeño dios se ha desterrado y mora en una gruta con dos lesbianas, dedicado al envilecimiento más puro, a la corrupción más exquisita, porque el amor ha sido descubierto, ha quedado claro que era una quimera, una suerte de traje ficticio hecho a medida Mira las bandadas de gaviotas sobre el Mar reverberante Mira el Crepúsculo sosegador Mira cómo no hay nada cuando se acaba la tarde Nada adentro Y afuera la estrella que nace o que renace
El navío se marcha una Noche de Luna
Un canto de mujer lo despide
Y no acaban de desleírse los jazmines en la orilla
Terrazas de madera carcomida donde algunos viajeros se acarician con pensamientos suicidas
Sonata de las olas
Hay heridas del espíritu que duelen más que un hueso roto
La Belleza está llena de dolor
Más hermoso que un culo de ángel riela el lucero
Para qué vivimos
No lo sé No lo sé dice el borracho bellido
Cómo vivir Cómo vivir De eso cada uno ha de enterarse dice la loca que pasea calata por la Alameda de los Descalzos Camina no más camina ya te irás enterando de todo Hasta que el Todo sea una estúpida vanidad sollozante entre tus manos Mientras tanto mientras pienses sigue perdiendo tu eternidad tu piel interminable tu sapiente ignorancia desnuda No se trata de saber Se trata de ignorar y de existir así entre múltiples abismos
Pero no sé por qué las autodestrucciones continúan
Debe ser lo normal Lo inevitable
Pásame los barbitúricos, y algo de alcohol La vida que se destruye continúa
Haz feliz a esa gorda que te enseña su pequeño sexo
Haz feliz a la enana que te propone hacerte una felación
Para algo sirves
Oye el canto de los cisnes en un parque umbrío
Y no comprendas nada
Permanentemente, escorpiones rojos pasean por tus brazos
El templo de obsidiana es iluminado por la Aurora
El rocío tiembla al paso del viento
Y miríadas de deidades policromas se hacen polvo que cae sobre tu cabeza

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