jueves, 25 de marzo de 2010

Primavera del no ser

No puedo jactarme de haber alcanzado alguna iluminación,
ni de gozar de una claridad mental por la que pasen volando
las águilas,
mi cerebro es una masa herida, negra, tumefacta,
y mi pensamiento es un fluido de dolor
El Mundo se queda inexplicado- al menos para mí-,
y las serpientes me ofrecen frutos del Árbol de la Ciencia
La vida me derrota bajo la mirada de los dioses,
he dedicado toda mi vida a pensar, a pensar para ser,
y apenas he sido, lánguidamente he caído a la fatídica
Primavera del no ser
El conocimiento es mi pecado, mi peso, mi ruina
Mientras más se conoce más se sufre
Vagaría eternamente por unos jardines, oyendo
a las fuentes, a los árboles y a los pájaros
Nunca he existido tranquilo, siempre me ha mordisqueado
una fatal Inquietud, y he andado, desalado, por caminos
ya predestinados, todo me ha parecido una burla
Sé que no puedo saber casi nada, y eso me llena de rabia
Ignoro las causas, los principios, los orígenes,
no sé qué hay dentro de mí, ni más allá de mí
Mi desesperación es infinita,
desespero porque no puedo deshacerme de mí,
estoy condenado a vivir conmigo por toda la Eternidad
Yo creía en la iluminación, creía que podía llegar a ser
un hombre puro y beato
Pero ahora, desencantado, apenas soy un hombre,
y agonizo entre mis vórtices mentales
Inevitablemente he caído, he caído a la Primavera siniestra
del no ser
Después de haber pensado tanto, mi cerebro será pasto
de los cuervos

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