jueves, 3 de diciembre de 2009

El hilo mortal

El claro de Luna sobre el Mar
El húmedo grito de las olas
La inexplicable tristeza de ser
Cuán sencillo es mirar las estrellas
Y sentir el peso del Destino en la espalda
Probablemente toda cara sea una careta
Y nadie haya visto de verdad a los hombres
Los espejos negros del río reflejan el Caos
Los árboles guardan los aullidos de los hombreslobo en sus frondas
En el templo de los centauros Quirón anuncia una nueva edad de oro
Apocalipsis de bolsillo que todo el mundo lleva
Para combatir la cordura
Morir al pie de una flor
Extrañando al Hogar
Morirse sin morir
Una casita entre los abetos
Para vivir sin vivir
Sólo necesito esta clase de días
En los que todo sabe a lágrima y a enojo
Cuando era joven no me dolían las flores marchitas
Ahora cada una de ellas es un hincón
Ha pasado el Tiempo y he sido aporreado por la vida
Al andar por las calles nocturnas
Percibo que algo se está yendo
Y que algo está viniendo
Como las mujeres de los pescadores que esperan
A quienes se van a pelear con el Mar
Así alguien podría esperarme cuando
Salgo a pelear con la Noche
Cuando voy, mortal y sucinto, a perderme entre los faroles
Sólo son fieles la estrella y la Muerte
Y el hombre que le es fiel a la Muerte
Aunque no quiera
Alguna vez ya no estaré en esta terraza
Y mi paso habrá sido una vislumbre apenas
Hay algo más que morir en el acto de morir
No sé bien qué dejaré
Además del Mar, de los collados, de los ríos
Quizá me deje a mí también
El hombre medita entre los juncos
Mientras cantan los grillos
Y considera su Fatalidad
Su raro y efímero papel en la Comedia
Qué más decir sino que me comería las manos considerando este querer y no poder
Decir la vida mortal y breve
Qué hacer sino sentarme a callar o a ulular lo que me pasa
Y lo que pasa
Y ver cómo las Parcas embellecen
Y cómo me van bañando con su rocío
Hasta que llegue el día más elocuente
Hasta que se rompa el hilo

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