miércoles, 16 de diciembre de 2009

Diamante hallado en una cabeza

La Angustia y la depresión me han alejado de los prójimos
Me han hecho tan diferente entre los muertos
Hace mucho que no me reconozco
Y no sé cuál será mi lugar
Nunca sé dónde estar
Un diamante se incrustó en mi frente
Y vi cómo lo oscuro se encendía
Vi parques de llama
Puertos de hielo
Ángeles que se mesaban los cabellos
Viejos demonios que violaban con sorna a los ángeles más jóvenes
Bosques donde mi tristeza me perdía
La mano de una deidad, cargada de pastillas, se acercó
Como una patena
Y tragué esas hostias de diversos miligramos
Aprendí a vivir adormecido
Mi vida está tan en el Mundo
Que se aleja peligrosamente de su apariencia
Y se pega a la Realidad de saliva y de semen
Aprendí a pronunciar oraciones pegajosas
Cubiertas de sangre, de lodo, de arcilla
Estoy tan en el Mundo
Tan en su víscera
Que parezco alejado de él
Mi Angustia y mi depresión no tienen causa
Están tan en mí
Que parecen ajenas
Vago por desiertos de amatista
Donde siempre acaece un atardecer
Con encuentros pavorosos
Los monstruos que conozco están hechos a mi medida
El Sol se espeja en mis manos
Acostumbradas a asir el vano viento
La depresión y la Angustia me han alejado de los hombres
Y me han acercado a los dioses
Me han alejado de la amada
Y me han conducido a las bacantes cubiertas de desgracia
Con ellas me entiendo mejor
Mi vida ha sido salvada por la depresión y la Angustia
Por ellas se ha perdido y ha renacido
A través de una ceguera llena de luz
La depresión y la Angustia me han enseñado que nada tiene causa
Ni ellas ni el Mundo ni la vida ni yo
Ni la Soledad que me lleva por los malecones más sombríos
Ando como un poseso
Siguiendo el perfume de la melancolía
Ebrio de depresión y de Angustia
Causándome
Dando vueltas alrededor de una caricia que mata
Tomando el veneno ingénito de la vida
Para seguir perdido
Para ser mi propia causa

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