viernes, 27 de agosto de 2010

Poesía=Destrucción

Triste como la muerte del perro de la casa, así algunas madrugadas pienso en la muerte de cada uno, tan sola y penosa. Los arroyos fluyen lavando el cadáver de un gato fenecido. Y parece imposible que una mujer bella vaya a morir. Si tan sólo, después de muertos, fuéramos al Cielo. Allí hay Beatitud, azul y espacio para los que se acaban. Todos nos acabamos. Todos nos vamos acabando. Así es la muerte. El hombre es rocío de los prados. Como algunos Silencios intensos de la Noche, el corazón calla porque comprende. Y la palabra tiembla antes de salir resignada y reluciente al Mundo que necesita ser nombrado. El poeta nombra, crea, repite. El poeta es destruido por la Poesía. El hombre es destruido por el poeta. Y yo quiero ser hombre… Cuán poco lo he sido. Un ángel lame el blando helecho, y unas hermosas piernas de mujer se cruzan, despertando al fauno que soy.

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