domingo, 11 de julio de 2010

Andrea

Tenía veintitantos y no trabajaba
Mi madre me pagaba el cuarto en el que vivía
Yo me dedicaba a escribir poemas que nunca publicaría
Un día, mi madre me dijo que me pusiera a buscar trabajo,
que no pensaba seguirme manteniendo
Busqué anuncios de trabajo en el periódico
Encontré algo de relaciones públicas
Me pareció interesante
Asistí a la entrevista de trabajo
Me fue bien
Me eligieron junto con otros chicos y otras chicas
Nos dijeron que nos capacitarían durante dos semanas
y que después nos tomarían un examen
Durante la capacitación conocí a Andrea
Tenía diecisiete o dieciocho años, no me acuerdo,
y su familia pasaba por un mal momento económico-
su padre, que era abogado, había perdido el trabajo-
Ella era bajita y bonita, sus ojos verdes me encantaban
Era muy inteligente, leía a Platón y a Aristóteles
Yo comencé a acompañarla a su casa, que estaba cerca del trabajo-
en san Borja, cerca a san Luis-
Cuando hablábamos del trabajo conveníamos en que era una basura
Nos querían convertir en meros vendedores, haciéndonos
creer que éramos relacionistas públicos
Andrea dejó de ir a la capacitación cuando faltaban tres días para el examen
Yo la felicité. Le dije que era consecuente y que la admiraba por eso.
Llegó el día del examen. Lo di bastante bien. Fui a visitar a Andrea.
Ese día la besé y le dije que la amaba. Ella quedó desconcertada.
Nos hicimos novios. Al mismo tiempo, comencé a trabajar
Era una empresa de ventas. Yo tenía que vender cursos de lectura veloz.
Me hacían ir a todo tipo de sitios, incluso a los hospitales.
No duré mucho. Después de la primera semana dejé de ir y conseguí
un trabajo con un amigo, en el centro de Lima. Trabajaba en el sótano de un edificio,
y clasificaba estampillas. A Andrea le gustó mi cambio de trabajo.
Ella y yo salíamos con regularidad. Caminábamos mucho.
Ella me amaba, y yo la amaba a ella, pero con temor.
Yo me sabía veleidoso y temía dejarla de amar algún día.
Ese día llegó. Simplemente desperté y ya no la amaba.
Dejé de verla, dejé de contestar sus llamadas…
A mí me dolió más que a ella, estoy seguro…
Por qué tenía que ser así… Yo no quería ser así…
La Tristeza de Andrea sería mi karma. Estaba seguro.

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