He rascado con las uñas largas el yeso de las paredes, sintiéndome totalmente solo en el Mundo. Me he perdido en el bosquecillo rojo, y no se me ha ocurrido nada mejor que sentarme en una piedra al borde del lago. La niebla violeta flota sobre el agua. Al anochecer, siento miedo y miro al Cielo. El Padre Éter me sustentará, vivo y muerto.
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