martes, 20 de julio de 2010

El alma del Invierno

Desde niños, los limeños tienen que luchar con el alma del Invierno. Al despertar, sienten el ánimo abatido. Tienen que ir al colegio. Y hace mucho frío. El Cielo está gris y blanco. Hay neblina. No hay forma de animarse. Cuando yo era niño, me sentía inmensamente triste en las mañanas de Invierno. ¿Cómo estudiar así? ¿Cómo sobrellevar las depresivas mañanas de Invierno? Uno se deprimía, es cierto. Iba al colegio a duras penas, e incubaba la depresión sin que nadie se diera cuenta. Los limeños son esencialmente depresivos. Cuando fui adolescente, me volví más depresivo. Casi no resistía las mañanas. Iba deprimido a estudiar. La grisura y el frío de Lima son serios problemas. Quizá sería mejor que los estudiantes no estudiaran tan temprano. Quizá sería mejor que los estudiantes estudiaran menos. Porque si no, la depresión acabará con ellos. Yo padezco depresión, y estoy seguro que ella empezó cuando yo comencé a ir a estudiar. Ahora no vivo en Lima. Pero si viviera en ella, me pasaría las tardes tumbado en la cama, sin saber qué hacer. Así de fuerte es el alma del Invierno en Lima.

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