viernes, 23 de julio de 2010

A Mamá

Mamá, cuánto me has padecido
Aves se levantan de tu frente
Tus manos se arrugan como flores
Mamá, cuánto me has padecido
Aunque sea tu hijo no merezco tanto amor
Tus ojos son dos cansadas esmeraldas
Tus senos, de los que yo he lactado,
son los senos de una madre
Tus cantos, Mamá, tu risa argentina,
reverberaron en un peristilo
las cítaras se quemaron mientras
hacían música tañidas por manos
de viento invisible
Alguna vez, Mamá, dejamos de querernos
Fue cuando yo era un adolescente
Papá y tú estaban separados, Papá
estaba en los Estados Unidos
Tú y yo no nos hablábamos Mamá
Yo creía que tú tenías la culpa de
la separación
Por tus cantos, Mamá,
por tu risa argentina, olvidábamos
las penas
Y es que la Tristeza nunca nos une
A veces te veo muerta,
con un lirio en la frente,
con una rosa blanca
entre las manos
Y a veces te veo rediviva
Viva de nuevo
Tan joven como cuando gozabas
los Veranos
Tu vida consiste en sufrirme , Mamá
Déjame padecerme solo
Y halla la Beatitud que te mereces

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