jueves, 12 de noviembre de 2009

Nostalgia del Mar

Desde los acantilados contemplaba tu permanente ebriedad
Tu agitada locura
Mi vigilia se arrimaba a tu insomnio sonoro
En el espigón habitaba un dios
Que desataba los éxtasis
Que infundía plateados delirios
Las olas se suicidaban
Se rompían en las piedras
Elevando gritos blancos
De espuma frenética
También sabías ser calmo
Susurrabas bajo el canto letal de las sirenas
O sobre la música de los interminables viajes marinos
Cuando reverberabas bajo el Sol mostrabas tu eternidad
Se estaba tan solo frente a ti
Quería navegar, olvidar, alejarme
Quería ser una nave que arfara por tu lomo inmenso, inacabable
Tus nereidas flanquearían mi singladura
Columnas de jaspe, deshechas, vueltas ondas
Ensenadas de sosiego, desde donde se admiraban las estrellas
Playas para encallar y esperar el advenimiento de alguna Esperanza
Bruma del horizonte floreada
Estoy lejos de ti, andando sin rumbo por sendas sequerosas
Añorándote
He visto mi sino reflejado en tus honduras
Me he reconocido en tus veleidades
Eres tan divino y tan humano
Eres un animal enloquecido
Extraño tu resuello esparcido en los malecones
Y tu atormentada vigilia acompañando a la mía
Extraño tus olas como flores
Ahora mismo sería un ahogado feliz
Acunado por tu oleaje

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