lunes, 15 de febrero de 2010

Hermano cuerpo, hermana mente

Estoy gordo, hermano cuerpo
Y estoy loco, hermana mente
Cada día tomo varias pastillas para poder vivir
sin perder la lánguida cordura
Mi ático desprecio por mi cuerpo,
por mi panza ominosa, llegan cuervos agoreros
y el augur me explica que no hay buenos auspicios para mí
Me pesas, hermano cuerpo,
y me averguenzas
Cómo serías horrendo contraste en el tapiz donde
se representan guerreros fuertes y bellos
Tú eres feo y ya he pensado en matarte
para poner fin a mis cuitas
Porque yo soy mi cuerpo
Miro los cuerpos de jóvenes varones que van
a bañarse en el Mar
y envidio su belleza
Adoro en silencio los cuerpos de las adolescentes
que relucen bajo el Sol, en la orilla del océano
Y odio mi cuerpo impresentable
que no sería bien recibido por quienes
gozan de la armonía corporal
Oh hermano cuerpo
qué feo estás
Oh hermana mente
qué enferma estás
No soy un cerdo más de la piara de Epicuro
Soy un cerdo solitario
que vaga entre sepulcros
y que, enternecido, mira el Crepúsculo
y ve pasar por el Cielo a los estorninos
Tengo un demonio adentro, que me empuja
a arrojarme del acantilado
No me arrojo aún, aún estoy apegado a ti, hermano cuerpo
Me he acostumbrado a tu peso
Y todavía te alimento como a un sucio animal

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