lunes, 15 de febrero de 2010

Opúsculo sobre los males del Mundo

La Esperanza guillotinada
Y un corro de sirenas devorándome y cantando
Peligro de vivir simplemente de vivir
Acantilados desde los cuales he de arrojarme
Cuando libere mi espíritu
Ah el jardín donde danzaban los profetas
El rocío perlando la mañana
El Alba perdida que espero con mi mejor arrodillamiento
El Cielo tan alto, tan puro, tan azul
La Angustia remite cuando contemplo el Crepúsculo
Y me pregunto cómo será eso de salvarse
Plenitud de la luz sobre mi cabeza decapitada, liberada, ya no pensante
Cuánto dolor acarrea el pensamiento
Pienso, luego qué mal existo
La proa de mi nave arfea
Fumo mi pipa en el codaste
Y miro el Mar sin lindes
No sé ser
En las olas el Sol reverbera
Hice una inútil libación a los dioses
Ofrecí tantos inútiles sacrificios
Creí que las margaritas contenían esperma del Verbo
En las olas se refleja el claro de Luna
Creí que en los guijarros latía un pulso divino
A los seres humanos de ahora les da igual todo
No saben apasionarse
Ni aprestarse a morir por una intuición, por un conocimiento
Uno solo, un diamante hallado en el cieno
Los seres humanos de ahora son displicentes
Y caminan con el corazón duro y vacío
Con la mente cansada, idiotizada
Los seres humanos de ahora
se bañan todos en unas zarzas sin teofanías
Y ríen
Y no les da pena la ausencia del dios
La ausencia eterna que es la causa de todos los males del Mundo
Venus vuelve a nacer
Es igual a como la pintó Botticelli
Eros prepara sus flechas, las unge con aceite de mentiras
Y aún no es tarde para arrojar bien lejos la Esperanza
En lo profundo de la Noche, un ateo reza de rodillas
Y dice ¡Existe, Dios! ¡Por favor existe!
Y nadie oye sus preces

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