sábado, 27 de febrero de 2010

Los restos de Dios 2da versión

Nunca sabré quién soy
El Sol me mira como a un desconocido
Hablo conmigo
Me pregunto cosas
Y extraigo la verdad de donde nunca la hubo
La página escrita es una ofrenda
que se quema con una llama azul
Y chamusca mi corazón raído y mi cerebro
El poema resiste lo eterno
Y en él se juntan los fragmentos del que escribe
y no sabe quién es
Pero el acto del poema es sólo un instante
Y los fragmentos son para toda una vida
de llaga y ceniza
Veo asustado cómo se va acabando la flor
Y en la Noche de Luna comprendo mi condena a muerte
Esa condena que recibí al existir, de inmediato
Y entiendo también que quieran matarme
por vivir entre ruinas divinas que yo mismo acarreé
Nunca sabré quién soy
Vivo de mi ruina,
y voy cubierto, como si de excrementos se tratara,
de los restos de Dios

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