jueves, 30 de julio de 2009

Informe secreto

Interminables páramos de Soledad
Parece posible encontrarse con un dios
Negras trombas aproximándose
Hacia el miedo de perderla
Estás perdido amante
Tienes miedo
Por eso amas
O crees que amas
Escuchas los pedos de la Amada
Como si fueran un oráculo
Estás perdido
Te prefiero andando por senderos amarillos
Los guijarros sonando bajo tus pies
Sauces de pena silenciosa
Rosas rojas de inmolaciones
Lirios llagados de agonía
La perdí porque quise perderla
Quise habitar en el desierto rocoso
Quise vivir en una isla de amatista
Y olvidar mi miedo, mi desamparada desesperación
Cíclopes ciegos bebiendo leche en cuencos
Camareras sirviendo el vino en cráneos
Acostándose con los clientes por una naranja dulce
Las calles polvorientas, los perros oliscando
los charcos de orines
Una mujer de cuarenta años llega a su departamento,
Se sirve un trago, se masturba y luego llora
Las campanas tañen sobre la ciudad vieja
Y en el campo la Luna da la hora
El insensato dice No hay ningún dios
Y de pronto le crece una aureola alrededor de la cabeza
Imposible decir qué soy
Tengo la esencia amarrada
Y padezco obturaciones del espíritu
Como cualquier hombre que ha olvidado
su causa
He estado días enteros dándome cabezazos en la pared
Tratando de sacarme alguna información sobre mí
Y he quedado callado, aturdido, ausente
El Cielo azul, puro, implacable
Sobre la llanura infinita
Encima de mi testa
Que algún día ha de destrozar algún fusil africano

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