miércoles, 15 de julio de 2009

La niña del limonero

Una niña al pie de un limonero
Jugando con las hojas polvorientas
Hablando sola
Yo la contemplaba, adolescente, desde mi ventana
Presentía en ella una violenta belleza
Una magnífica ternura
Una llorosa hosquedad
Esa niña apareció en los años de mis penas, de mis confusiones, de mi incipiente depresión; apareció de la mano del hado, pequeña, linda y blanca; apareció caprichosa, hija pródiga del Verano. Iba a jugar a mi jardín, siempre ensimismada, siempre alondra de mis insomnios. La oía hablar sola, la veía arrancar algunas hojas -sus manos eran delgadas, chiquitas, armoniosas-, parecía que algún ángel se le iba a aparecer. Su Soledad me sorprendía. Parecía que le gustaba estar sola. Parecía que disfrutaba su Soledad. Para mí era un deleite verla. Pero los años pasaron y ella dejó de visitar mi jardín.
Adolescente confundida
Plena de belleza
Ya no iba a hablar sola al pie del limonero
Yo oía su voz de miel aguda en los atardeceres
Yo la amé una tarde en la que nos encontramos
Y en la que, juntos, mirábamos un árbol inidentificable
Bajo el Cielo blanco del Invierno
Ella se convirtió en mi compañera
Compartimos caminos y contemplaciones
La niña y yo nos amamos fatalmente. Ella me ocultaba su ternura y me trataba con la frialdad de sus ojos negros. Padecía abruptos cambios de ánimo, igual que yo, y parecía aburrida o enojada. Yo no sabía qué hacer para alegrarla. Comenzamos a hacernos daño con nuestra mutua pasión. Habíamos inventado nuestro Amor, y éste se nos rebelaba. En realidad, no sabíamos qué hacer. Creo que ella pensó que se había equivocado. Yo la quería, pero no sabía cómo conducirme con ella. Ah sus dolores de cabeza, sus cambios de ánimo, sus malestares. Nuestros besos eran un refugio. A veces, ella dejaba manar su ternura y era indeciblemente buena. Sin embargo, un día dejamos de vernos y ya no volvimos a buscarnos. Nunca más.
La niña del limonero
Mi Amada adolescente
Acosada por gorriones demoníacos
Por harpías nocturnas
Halló tormentos infinitos en el Amor
Y dejó de amar para salvarse
Yo era demasiado loco para ella

1 comentario:

  1. Muy Buena :D me gusta esa parte del q miraban un árbol inidentificable..:D 100pre todos tenemos un lugar donde nos identifica.

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