domingo, 19 de julio de 2009

Los dones que matan

Los dones que matan
Como el don de la Esperanza
Morirse esperando sin morir de veras
Vida inhallable en la vida
Ojos que miran a través de los crisantemos
Pirámides de fuego como el entendimiento que se consume
Toros alados fecundando a las diosas sobre jardines colgantes
Ríos de melancolía, de estrellas mortecinas, de pálidas lámparas
Quebrada columna, labios desollados, el rumor de un beso
Cantos de sirenas tan dulces que enloquecen
Tendido en la escombrera aguardo alguna teofanía
Alguna flor de relámpagos
Alguna certeza que me haga andar
Lo divino del hombre es su furia, su rebelión
El Amor es algo que se inventa por desesperación y por Soledad
En el mármol del Cielo un dios agoniza
Y acá abajo se busca la verdad
La verdad es una música callada
Que nadie llega a escuchar
La verdad es una revelación oscura
Una espada para abrirse el propio vientre
Paraísos de instantes
Nirvanas rosáceos
Huida entre árboles y columnas que caen
La Luna sobre el prado donde mártires de los dones
Se consumen agotando el diamante que les fue otorgado
Sin ninguna advertencia o explicación
El ruiseñor cantando en la arboleda umbría
Cuán tarde o cuán temprano descubro que estoy enfermo
Enfermo de mortalidad, de Angustia, de vida
Los chamanes danzan en la Noche, alrededor del fuego
Conjurando los demonios más tristes del Universo
Una bacante, pasado el frenesí, habla de la bondad
Al Alba, mueren varios hombres, víctimas de sus dones
Y la enfermedad avanza
Y la Comedia sigue

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