martes, 12 de octubre de 2010

Muerte de un amor

Desde lo alto del acantilado, miro el Mar plateado y calmo,
oigo a la brisa taciturna, y recuerdo un lastimado amor
Miro cómo se muere un amor, tan absurdamente,
tan cruelmente
Pero me gusta que el amor muera
Sólo un corazón equivocado puede seguir al amor
Pero el yerro es percibido después y no antes,
ante las olas que se suceden, mientras
el Sol se pone
Las gaviotas trazan tu amor, aire en el aire,
pero con cuerpos,
con causas y orígenes
Las campanillas descienden por los barrancos
El Mar agoniza perpetuamente
Y se muere un amor
Nuestros cuerpos adquieren sentido
en el acto amatorio
Fuimos tan crueles con nosotros
Estuvimos tan cerca de morir
Qué lastimado amor
Nuestras heridas nos unen
Nuestro dolor es escarlata
Desde lo alto del acantilado,
contemplo el horizonte, la neblina,
y un amor cuya muerte me divierte

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