lunes, 4 de octubre de 2010

Ofrecimiento

Sandra,
cada vez que camino por las tardes
soy más yo
Cuando lo que yo deseo es ser menos yo
Y así tocarte con un tacto nuevo,
con una mano inédita,
con una palma en la que comían las águilas
Ando solo y hago como que voy contigo
Hablo solo, esperando decirte alguna vez
mi soliloquio
Sin ti estoy muerto
Sin mí viviré sólo por ti y para ti
Soy tu Amante, Sandra,
el que te ofrece el joyero del Cielo,
absurdamente

No hay comentarios:

Publicar un comentario