jueves, 27 de mayo de 2010

El problema es Dios

Dios es el origen de los mayores problemas del Mundo. Problemas como el crecimiento de la maldad, de la indiferencia ante las cuestiones del espíritu, de la despreocupación por el arte y la religión, del aumento de la Angustia y de la desesperación, tienen su origen en la existencia y en la inexistencia de Dios.
Dios existió hasta hace unos siglos. Luego se suicidó. Muchos siguieron creyendo en él, a pesar de que había muchas evidencias de su muerte. A individuos de diversas generaciones se les hizo creer en Dios. En esta época muchos se han dado cuenta de que Dios no existe. Ya saben que está muerto. Eso los hace reaccionar violentamente. Se hallan solos en un universo infinito, ya no está Dios, el que supuestamente los salvaría y los haría ascender a su reino. La inexistencia de Dios ha trastornado la vida de muchos. Los hombres piensan que da igual vivir que morir. Viven sin fe, sin Esperanza, y hasta sin amor. Los suicidios se incrementan. Quienes se suicidan lo hacen porque no encuentran el amor de ese ser que algunos aún creen que existe, pero que hace tiempo que se mató. Los hombres están decepcionados. Los hombres están molestos. Y con todo derecho. Han vivido dulcemente engañados durante un tiempo largo. Pero ahora es el momento de su revancha. Ahora conocen la verdad, y la verdad los hará libres.
La muerte de Dios es la causante de todo el conflicto interno que padecen los hombres de esta época. Vemos a jóvenes que viven sin rumbo, sin fuerza, decepcionados de algo que ellos mismos no entienden, átonos, rebeldes a la medida de sus escasas fuerzas. Ellos son así porque Dios no existe. Se han dado cuenta de ello, y ahora asumen una postura determinada. Todo el problema de la juventud radica en que Dios no existe. Se han dado cuenta de ello. Y ya es muy tarde para inventar otro Dios. Eso ya no funcionaría. ¿Qué se puede hacer, entonces? Suplir a Dios. Hacer del arte un dios, hacer del amor un dios, hacer de la cultura un dios… Y aceptar, pacíficamente, que Dios, nuestro antaño tan amado Dios, ha muerto.

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