domingo, 9 de mayo de 2010

La enfermedad esencial

El hombre es un ser esencialmente enfermo,
tendido sobre la grama piensa en cómo curarse,
mira al Cielo abstracto, muerde las nubes,
se sosiega con el canto de los pájaros,
y con el resplandor del Sol hiriéndole la cara
se da cuenta que su enfermedad es incurable.
Es la enfermedad de ser hombre,
es la Angustia que me lleva por el sendero de los chopos,
es la Amargura que se yergue mientras las lágrimas resbalan.
Me siento culpable de ser, mi Remordimiento es constante,
aunque a veces creo que un ser superior es el culpable
de mi desgracia
Sin embargo, estoy esencialmente solo,
y la culpa es mía
La enfermedad de ser criatura, criatura ficticia,
los caminos de guijarros por los que se va desprendiendo la piel,
el ala cercenada, el fruto prohibido que otorgó la Ciencia sin la cual
no podríamos vivir
En lo profundo de la Noche, tiemblo y chillo,
poseído por el miedo de ser hombre,
quedarse quieto al pie del claro de Luna da algo de consuelo,
andar por calles y plazas, pasando junto a otros que padecen
la misma enfermedad, ignorándola.
En mi corazón hay una araña,
y en mi alma agonizante habita una legión de cándidos demonios
No hay médico que pueda sanarme,
sólo hay medicinas para paliar mi estado,
vino y drogas que hagan que me olvide de ser hombre,
orgías en las que olvide mi humanidad ,
intensos éxtasis
Olvidarme que soy, ocultarme en la Nada,
viviendo en el vacío
Pero nada de eso es perdurable,
al cabo se vuelve a tener la conciencia de ser lo que somos
Yo no quiero ser yo, sino algo o alguien que no piense,
que no viva la tragedia de ser lo que no quiere ser

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