martes, 18 de mayo de 2010

Mi mente está tullida

Mi mente está tullida,
los favores de los dioses se han acabado para mí,
el río corre con sonorosa voz,
mugidos de los montes alrededor,
tumultuosa savia que arrambla todo lo vívido

Guiños de las aves,
el hombre aún es un mono,
sistro y panal de abejas,
danzas báquicas en el calvero,
herida cordial en medio de las músicas

La Angustia es un oso que me abraza,
ángeles y demonios se conjugan en el hombre,
pies sangrantes de tanto danzar vivazmente,
atroz retahíla de cuchilladas en el pecho de la Venus de Milo,
cómo se me acaban las caídas

Y de tanto intentar saber quién soy yo
se me rompen los dedos de las manos y de los pies
Soy un qué
Soy uno que se ignora
Soy el que no soy

El Mar de naturaleza inquieta nos da una lección antropológica,
la zarpa de una ola rasguña el rompiente,
muchos arrojan su cruz- están en todo su derecho
-, otros la cargan hasta el final,
miro la zarza ardiente y sólo puedo balbucir tímidas imprecaciones

Gélidas palomas huyen del Sol que les silba,
ángeles de cristal adornan el sendero de la autodestrucción,
lo bueno se junta con lo malo,
y sólo así puede vivirse,
entre paladas de sombra y de luz

Estoy vacío en medio de la Nada,
la Nada en la que todo es,
mi mente está tullida,
y sólo se sana eventualmente,
en los raros sueños que la implican

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