martes, 22 de junio de 2010

Agonía y Muerte de un lobo

Un lobo hermoso, flaco y hambriento
intentó, una Noche, entrar a un gallinero
Cuando se disponía a entrar oyó un estrépito
y sintió una quemadura en el costado derecho
El dueño del gallinero velaba, y al verlo
le había disparado con su escopeta
El lobo corrió y se internó en el bosque
Fue dejando un triste rastro de sangre
Corrió y corrió, hasta cansarse
Agitado, se tendió sobre unas hojas secas,
al pie de un árbol
Miró al Cielo. Vio la Luna.
Y dijo “Qué solo y cansado me siento.
Sé que voy a morir…Qué desolación…
Lo que más me duele es morir sin creer…
Ya no creo en el dios de los lobos…
Él no existe, es sólo una ilusión…
Antes creía en él, creía que él me ayudaba
a cazar, creía que él guiaba mis pasos,
Creía que él me cuidaba…Sin embargo,
después me di cuenta que no existía…
En los momentos de hambre y de Soledad
no sentía su presencia… Cuando aullaba a la Luna
me sentía infinitamente solo…El dios de los lobos
nunca me dio una sola señal de su existencia…
Ahora me muero, me muero solo y sin dios…
El hombre, que será quien me haya matado,
tampoco cree en su Dios… Está desolado y decepcionado…
Antes creía, pero se dio cuenta que su Dios no existía…
El hombre que me habrá matado es, en cierto modo,
mi hermano… Ambos vivimos en un Mundo sin Dios…
¿Qué será de los hombres y de los lobos que aún creen?
Pero ya me muero… Ya todo se va acabando…
Qué exquisito es el perfume del bosque…
Ah, será la última vez que lo disfrute…
Y mi Luna, qué hermosa está mi Luna…
Tendré que decirle adiós, aunque me duela…
Ah ya me muero…”
El lobo reclinó la cabeza en las hojas secas
y espiró.
La Luna rielaba en el Cielo.

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