miércoles, 16 de junio de 2010

La Ilíada y la Odisea

Cuando era niño, siempre me despertaba triste
Tenía que ir al colegio y eso me producía arcadas
Vomitaba en el baño sin que nadie se diera cuenta
Mi padre me llevaba al colegio
Había que tomar dos micros. Tardábamos una hora en llegar.
Mi padre y yo nos alejábamos de la casa cogidos de la mano
Los jardines olían a tierra y a pasto y los pájaros cantaban embarulladamente
Mi padre notaba mi desazón. Se daba cuenta que yo sufría por ir al colegio
Una mañana comenzó a contarme la Ilíada
Yo me quedé impresionado con su relato
Todas las mañanas me contaba un fragmento del poema homérico
Yo vivía lo que me contaba
En el colegio soñaba despierto
En plena clase pensaba en la guerra de Troya,
en las hazañas de los héroes
Cuando mi padre me contó el combate de Héctor y Aquiles
yo me quedé cogitabundo
El verdadero héroe era Héctor
Aquiles era un semidiós, y aventajaba al Priámida en fuerza
Sin embargo, Héctor, siendo sólo humano, se atrevió a combatir
Eso era realmente meritorio
El hombre luchó con el semidiós, y aunque fue derrotado venció
Venció sobre sí mismo, venció sobre su humanidad, venció
la divinidad de Aquiles. Venció con el valor.
Le dije todo eso a mi padre, y él estuvo de acuerdo conmigo
Cuando terminó de contarme la Ilíada comenzó con la Odisea
Conocí la historia de Ulises. Viví sus aventuras.
Me excitaba con los episodios del Cíclope, de Circe, de las Sirenas,
De Escila y Caribdis, del descenso al Hades…
Me angustiaba con la espera de Telémaco,
me conmovía con la fidelidad de Penélope,
y me emocionaba con la Nostalgia y con la pena de Odiseo
Al terminar de contarme la Odisea, mi padre me dijo que pidiera
los dos poemas de Homero en la biblioteca
Así podría leerlos y profundizar más en ellos
Una mañana fui a la biblioteca
Le dije a la bibliotecaria, una mujer gorda con gafas,
que quería sacar la Ilíada y la Odisea
Ella me miró de arriba abajo y me dijo que yo era demasiado
pequeño para esas lecturas
Yo tenía seis años, y me entristecí ante la decisión de la bibliotecaria
También sentí cólera, no lo puedo negar
Me sentí subestimado
Le conté lo ocurrido a mi padre
Él me dijo que no estuviera triste, que
ya me regalaría una Ilíada y una Odisea
Lo hizo en mi cumpleaños número siete
Me regaló la Ilíada y la Odisea de editorial Aguilar,
de la colección Crisol
Fue el mejor regalo que he recibido en mi vida
Mientras estuve en el colegio, incluso cuando mi padre dejó
de llevarme, fui contándome la Ilíada y la Odisea
Así me evadía de la espinosa Realidad

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