lunes, 14 de junio de 2010

Brenda

Éramos adolescentes
Estábamos en el mismo colegio, en el mismo año, en diferentes aulas
Yo me enamoré de ti
No eras bella, eras una fea guapa, algo
en ti me atraía poderosamente
Yo también te gustaba
No nos hablábamos
Sólo nos mirábamos furtivamente
Estábamos enamorados
Todos decían que eras una puta
Yo estaba seguro de que lo eras,
y te amaba más
Me gustaban tus piernas y tus senos
Te codiciaba
Me masturbaba pensando en ti
Una vez, el cholo Gálvez, un cazurro, me dio tu teléfono
Yo, con bastante miedo, te llamé
Hablamos, nos conocimos
Se me hizo una costumbre llamarte
Iba a un teléfono público que estaba en una esquina desolada
Iba en mi bicicleta y te llamaba
Conversábamos mucho
Sin embargo, en el colegio no nos hablábamos
En el colegio éramos dos desconocidos
Yo noté que mis llamadas ya te aburrían
Así que te invité a salir
Fue mi primera cita
Estaba muy nervioso
Nos encontramos en el parque Kennedy de Miraflores
Sólo dimos vueltas
Conversamos poco
Recuerdo que hablamos de Dios
Yo te dije que él no concedía lo que se le pedía
Tú estuviste de acuerdo conmigo
Todo el rato quise besarte, pero no me atreví
Fue un fracaso personal, esa cita
Dejé de llamarte
Pero igual te seguí amando
Al año siguiente, mis padres me cambiaron de colegio
Yo era un mal alumno, mi rendimiento era muy bajo y mi conducta era muy mala
Por eso en el colegio ya no me querían
Sólo tú me querías
Me enviabas cartas con mi hermano menor, que también estudiaba en el plantel
Yo no te respondía
Una tarde fuiste a mi casa
Hablamos, me preguntaste por qué te había dejado
Estabas como loca
Pude haberte besado
Pude haberte hecho pasar a mi casa, donde no había nadie,
y hacerte el amor
Pero no hice nada de eso y me deshice de ti lo más rápido que pude
Ni yo mismo me entendía
Después de esa ocasión dejamos de vernos definitivamente
Cuánto te amé, adolescente sagrada,
amor de mis confusiones y de mis rarezas
Las desoladoras mañanas las animabas tú,
con tu inquietud y tu alegría
Cuánto me amaste, a mí que no lo merecía
Tus ojos negros me escrutaban
y hacían temblar mi corazón
No supe cómo obrar
No supe cómo amarte
Me descubriste tu ternura, Brenda,
y yo me quedé con la Nostalgia de tus ojos

No hay comentarios:

Publicar un comentario