martes, 1 de junio de 2010

Crepúsculo de Primavera en Salamanca

Camino conmigo mientras atardece
La luz crepuscular hace brillar el oro de las piedras
Mi compañía me resulta insufrible
Las golondrinas trisan y vuelan embarulladamente
Las fachadas se encienden y el aire tibio permanece quieto
Presiento mi Destino entre los tilos
Los chopos se hunden en el Cielo puro y azul
Los huertos adormecidos esparcen su resuello
La gente se llena de calma en las terrazas de los bares
La ciudad es de oro y sus edificios parecen desmaterializarse
Sobrellevo a duras penas mi compañía
Por ratos la olvido y sin darme cuenta soy dichoso
El Tormes refleja la áurea flor del Sol
Los viejos sauces me hacen pensar en la depresión
Campos de amarillas margaritas me alegran el ánimo
Necesito olvidarme de mí mismo para poder vivir
Echo de menos a mis pocos amigos,
ellos me ayudarían a olvidarme
La tarde es una rosa,
es un montón de lágrimas contenidas
Los ángeles son pétalos que caen
El Cielo se va destiñendo
Las piedras se tornan ocres
Vencejos de mármol se posan en los últimos rayos del Sol
El Crepúsculo acaba
Adviene el momento de dulce suspenso
Harto de mí, regreso a casa

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