viernes, 17 de septiembre de 2010

Fluencia

Tu cuerpo es un arroyo que fluye entre mis manos
Nunca acabo de aprehenderte
Y tú, sabiéndolo, te ríes acompañando
la harmonía de las estrellas
Tu cuerpo es una nube que pasa
y que apenas puedo palpar
Tu corazón es un mirlo que oigo cantar
cada vez que te beso
Y fluyes, Amada mía, fluyes
No eres mía, no eres de nadie
Sólo escapas
Escapas aunque no quieras
Y mis manos se quedan frustradas,
sin poder asirte
Eres el arroyo que pasa,
que viene y se va,
que siempre se está yendo,
aunque ame mucho
Tu piel corre como el agua
Y me dejas sin saber qué hacer,
solo y con las manos huérfanas
Solo y con tu cuerpo fluyendo
entre las azucenas

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