miércoles, 22 de septiembre de 2010

Nota necrológica

Le gustaba nadar
Alejarse de esta playa insulsa,
como él decía
Le gustaba alejarse, capeando las olas,
hasta donde el Mar es silencioso
Y un día se lo tragó el Mar
Lo mataron los tritones, decían
en la aldea
Y hubo matanza cruenta de tritones
Por una campana que tañía tristemente
los aldeanos después no pudieron dormir
Al día siguiente de la matanza el chamán de la aldea
dijo que al hombre que le gustaba nadar
se lo había tragado el Mar simplemente
Las sirenas y las nereidas amamantaban delfines
Posidón derramó una maldición sobre la aldea
Y ahora que miro el Mar veo a mi abuelo nadar
Y veo al viejo alejándose por los caminos de luz que hace
el Sol,
hendiendo las aguas espumantes, jaspeadas, rumorosas,
despreciando la playa insulsa,
desconfiando de los hombres
Pero era médico y salvaba vidas a montones
Cazador nato, perseguía la consecución de un ideal
-era comunista, por ahí cuentan que atendió al Che-
Venados corrían por su frente, atormentándolo,
y él se levantaba cuando asomaba la Aurora
de rosáceos dedos,
y cazaba venados
Tenía hijos con varias mujeres, vagaba
de un lugar a otro, llevaba una vida errátil
Iba por la sierra, por esas alturas indómitas,
y también iba por la costa
Y allí nadaba, se alejaba de la playa insulsa,
Cansado de los hombres, y de mí mismo también, decía
Pero un día el Mar se lo tragó
Antes estuvo preso,
con cáncer al pulmón
Y un día el Mar lo salvó

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