viernes, 24 de septiembre de 2010

Viajero

Un viaje siempre resulta ser algo redentor. Uno puede estar pasándola realmente mal, puede estar triste y solo, atormentado y medio loco; uno puede estar encerrado entre las cuatro paredes de sí mismo. Es entonces cuando un viaje resulta de lo más propicio. Irse, respirar un aire nuevo, ver un lugar hasta entonces inconocido, rescatarse del estado en el que uno se encontraba, son cosas realmente redentoras. Ir hacia lo desconocido, pensar en la vida como en un viaje, contemplar el eterno retorno de las estaciones, viajar, viajar… Qué bien me caería un viaje ahora… De verdad lo necesito. ¿Y por qué debo viajar? Sencillamente porque el corazón me lo pide. Mi corazón inquieto y vagaroso. Y el corazón tiene razones que la razón no conoce. Viajo para calmar mi Inquietud, para olvidar mi vida, y para ver qué me depara mi Hado viejo y calvo. Viajo para salvarme. Viajo. Simplemente viajo. Es cuestión de vida o Muerte. Y aún quiero vivir.

1 comentario:

  1. Los viajes son muy reparadores.La ciudad a uno lo stresa y el campo no.La ciudad opina de nosotros, la naturaleza, como su mismo nombre lo dice, es natural,no opina,relaja...

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