viernes, 17 de septiembre de 2010

Vivir/Morir

La vida es un lento suicidio
Una ola despaciosa cuyo destino es romperse en los acantilados
Una flor que un ángel con su soplo marchita
El hombre es un triste animal al que no sirve su Ciencia
Grazna el cuervo entre las rosas
Balbuce el hombre su pobre comprensión
y se aleja por los cerros totalmente enloquecido
Todo el que quiere comprender la vida enloquece
Los dioses lo enloquecen
Mi corazón cae en un nido de gusanos blancos
y mi frente se cubre de excrementos
Tal vez esté a punto de iluminarme
Tal vez mi ser se pierda en la Nada
Una magnolia flota en el río
como un beso perdido
Y yo pienso en arrojarme de cabeza
a las aguas para librarme de mí mismo
Los ciervos pisotean mi pecho
y hacen crecer cardos y ortigas
En el Cielo, al anochecer, hay trágicas cabelleras violeta
Mis pies descalzos pisan los guijarros del camino
y se rasgan
El Universo me da la espalda, me muestra
el envés de su Silencio
Los árboles y el viento hacen música en la Noche
y yo vomito irremediablemente sobre la existencia,
desesperado, mustio, angustiado
Sentado en un atrio, oigo las campanas
tocando a rebato- el Universo se ha quitado
la máscara y muestra su rostro verdadero-;
cuatro putas se convierten en diosas
y un cisne fecunda a una niña
Y yo sigo viviendo, es decir, muriendo,
ya que la vida es un lento suicidio

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